¿Quiénes son los más perjudicados en esta crisis o pandemia que estamos atravesando? ¿No nos hemos preguntado eso? ¿No se os ha
pasado por la cabeza meditar sobre esa cuestión, en estos múltiples días de
aislamiento? Pues a mí sí. Y a mí, la reflexión me ha llevado a dos polos tan
opuestos, como las edades de quien yo creo que lo son. Dos sectores
sociales, los mayores y los niños (abuelos y nietos). Ambos son los más perjudicados
sin duda, unos debido a su edad son los
que están aportando el mayor número de fallecidos, los que más miedo están teniendo a un contagio, pues saben,
que son objetivo numeroso y prioritario en el que cada vez que oyen noticias de las “residencias de mayores”,
sus vellos se ponen de punta y su corazón se llena de sufrimiento. Los mayores, esos
que como decía en mi post “Anotaciones”,
nacieron con una guerra y al final de sus vidas se encuentran inmersos en otra,
diferente, más silenciosa, más pacífica pero no por ello menos cruenta.
¿Y los niños? ¿Dónde los ponemos a
ellos?, días y días confinados a estar entre cuatro paredes sin relacionarse
con sus amigos, sin jugar con sus iguales, cuando es a través de esa faceta
cuanto más se desarrollan y crecen como personas, pasando la mitad del día
pidiendo salir, ir al parque, jugar… prisioneros de esta situación incomprensible para su pequeño intelecto.
Y si los dos colectivos los unimos,
bajo la perspectiva de abuelos (con la labor que éstos desarrollaban no hace
mucho) el dolor es mayor aún; ese dolor de no ver a sus nietos durante muchos días que ya han pasado y con la incertidumbre
de si tardarán más o menos en volver a verse, en volver a disfrutarse.
Mayores y niños, abuelos y
nietos, grandes perjudicados sin duda de esta situación, aunque no los únicos,
porque todos, todos somos y estamos perjudicados y entre todos, todos juntos,
saldremos adelante. ¡Ánimo!
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