martes, 30 de marzo de 2021

¡UFFF, TORRIJAS!.-

Si hay un tiempo especial para algunos dulces, es esta semana, que se conmemora la Semana Santa.
En casi todos los hogares, se solían hacer los pestiños, las magdalenas y ¡cómo no!, las torrijas.
La torrija, es la que hace congregarse en torno a una mesa, a eso de la media tarde, junto a una taza de café y nos permite dar rienda suelta a una distendida charla acerca de lo que nos ha hecho ya perder dos años de procesiones y de cultos de hermandades y cofradías.
Ir a visitar a los “cristos y vírgenes” a sus templos y a la salida, en la cafetería que más a mano nos pille, podremos deleitarnos con ella. Eso sí, aprovechemos pues suelen ser dulces de temporada (menos en EEUU).
Torrijas, también llamadas tostadas francesas, y que han ido evolucionando desde su forma más tradicional a las modernas, con nuevas tendencias, referidas ya a su elaboración con chocolate, miel e incluso las de tipo vegetariano, que sustituyen la leche de vaca por la de soja.
El término torrija, como rebanada de pan mojada en leche era ya conocido desde tiempos de los romanos y es en la edad media donde ya se le conoce con el nombre francés “tostées dorées” (pan dorado o frito) o “pain perdu”, que hace referencia a que se realizaban con el pan duro.
Sea como fuere, lo cierto es que durante esta semana, podemos tomar, en cualquier terraza de cafetería andaluza, un magnífico café con una torrija, que nos dará energía para continuar con nuestras tareas diarias.  Por cierto, algunos lugares sirven torrijas especiales para diabéticos, para que nadie se prive del placer de su degustación.
Pues como no podemos salir a ver procesiones, una buena torrija a media tarde, nos traerá  recuerdo a flor de azahar e incienso, que son  los olores que deberían imperar en estos días, si las circunstancias fueran las de “anterior normalidad”.
Por cierto, en León, se celebra anualmente un Concurso Nacional de Torrijas (para profesionales) desde el año 2013, organizada por la Academia Leonesa de Gastronomía.


miércoles, 24 de marzo de 2021

UNA LARGA NOCHE.-

No habían pasado ni diez minutos después de haberse acostado cuando, de repente y sin saber por qué, un ruido o algo similar, le hizo volver a despertar de su sueño y ponerme a dar las consabidas vueltas en la cama , de cuando uno no puede volver a dormirse
Es en estas circunstancias cuando empiezan a surgir esas dudas y preguntas que durante el ajetreo diario, no asoman al pensamiento. Y es también entonces, cuando reflexionas sobre la realidad de lo que te ha tocado vivir.
¿Cómo es posible que un turista alemán (por ejemplo) pueda salir, no solo de su Lander (región) sino de su país y venirse a pasar unos días de vacaciones a nuestras queridas islas y playas?
Y en esas mismas fechas, ¿un español, en su propio país, no pueda ni salir para acudir a relajarse a una playa limítrofe o simplemente a ver a su familia que está afincada, en la provincia de al lado y a la que lleva tiempo sin poder visitarla?
¿No parece ese un pensamiento lógico y  una norma un poco incongruente?
A veces se para  uno y  piensa ¿Cuál es el tipo de reloj que tiene el virus?, que sabe diferenciar si las personas están sentadas en la terraza de un bar a las 18 o las 20 y así, contagiar o no a esas personas, según la hora que sea.
¿Por qué motivo unos países han vacunado ya a la  mitad de  su población y otros sin embargo, aún no han llegado ni al 10%, siendo de la misma Europa?
No hay festejos de semana santa tampoco este año, para evitar aglomeraciones y movilidad de personas por nuestro territorio, pero si hay una final de una copa de futbol, nos plantean que puedan acudir unas 5000 personas, como ya ocurriese en el famoso concierto de un muy conocido cantante setentón.
En fin, que verdaderamente uno no sabe exactamente, en qué criterios se basan los “expertos” que aconsejan a los políticos. Seguro que serán los más razonables pero, también es verdad que vendría bien  un poco de mayores explicaciones. Lo dicho, una larga noche.

martes, 23 de marzo de 2021

MEMORIAS (II).-

¡Seguro que algunos aún recuerdan aquellos inviernos en los que empezaba a llover allá por el mes de septiembre y casi que no paraba hasta pasar abril!
Claro que lo recordamos, era aquella época en que llegaban a España, y todos teníamos, unos impermeables de plástico azules oscuro, con una gorrilla a juego(los de hombre) o con capucha o pañoleta triangular (los de las mujeres). Eran esos impermeables que se ceñían al cuerpo con su cinturón y que solían tapar hasta la espinilla, que era la altura a la que empezaban las famosas botas de agua o katiuskas (llamadas así por la obra lírica “Katiuska, la mujer rusa” del maestro Sorozábal en 1931), y de las que cualquier persona solía tener un par. Con tal “equipación”, los niños y menos niños, estábamos más que preparados para meternos o incluso saltar en los numerosos charcos que por aquella época se formaban en las embarradas calles, aún sin asfaltar en muchísimos lugares y que servían de juego y distracción de camino al instituto o de vuelta a casa. No podemos olvidar que también algunos portaban paraguas (eran los menos, porque nos gustaba sentir la lluvia caer por nuestras mejillas).
Eran años de mayor cantidad de lluvia que ahora , eran años de pantanos llenos, tanto que se construían más y más para poder embalsar esa agua y que no hubiera ningún tipo de restricciones para su uso, tanto en la vida rural como urbana.
El Cambio climático, trae como posible consecuencia que llueva menos tiempo y en menor cuantía, pero eso no impide los recuerdos aquí expresados y el deseo de que con este año de parón, la naturaleza se haya repuesto de los continuos maltratos a los que cada día la sometemos.

sábado, 20 de marzo de 2021

UNA NUEVA PRIMAVERA.-

Eso era lo que esperábamos hace un año cuando todo empezó. Llegó por marzo, el confinamiento y en marzo estamos, aunque nos cueste creerlo, ha pasado un año ya.
Aquel año, era lógico esperar que la primavera no sería muy agradable y que lo que le continuaba, tampoco.
Hoy, puntual a su cita anual, acaba de entrar de nuevo en nuestra vida. Y haciéndose notar, con una bajada de temperatura muy notable y unas ráfagas bastante desagradables de aire, que han hecho que las terrazas de bar, deseosas de clientes desde hace mucho tiempo, hayan vuelto a quedarse a media ocupación, y eso si han tenido suerte.
La primavera, es verdad que todo lo altera, pero la muestra ha sido en la temperatura, llegando a traer de  nuevo nevadas en lugares no muy habituales.
Una nueva primavera se nos presenta y con ella llega también la necesidad de ir vacunando cada día a más personas, pues no podemos permitirnos ya nuevas olas de contagio de la pandemia, ni por salud (ya sea física o mental) ni por economía (familiar, nacional o mundial).
Pocos recordaremos que es el equinoccio de primavera el que ha dado lugar a que la ONU declare al 20 de Marzo, como Día Internacional de la Felicidad. Y hablando de ella, recordar que según algunos estudios realizados en este año de pandemia y de restricciones a la movilidad, más de la mitad de los españoles nos sentimos felices en nuestra casa y la valoramos más como bien a proteger y disfrutar.
Pues lo dicho, una nueva primavera, una más, llena de deseos y de pensamientos positivos, eso es lo que su luz nos produce (aunque sin vacaciones ni procesiones de Semana Santa). 



 

miércoles, 17 de marzo de 2021

RÁPIDA ADAPTACIÓN.

Es curioso y me llama la atención el comprobar la rápida adaptación que las personas mayores han realizado a lo largo de este último año para poder estar en contacto con sus  seres más queridos, para poder verlos, aunque fuera en la distancia y así poder hablar cara a cara a pesar del distanciamiento y de las restricciones.
Apenas han tenido tiempo para comprender la forma en que se puede hacer una videoconferencia por Whatsapp. Fueron unas clases contrarreloj y algunos casi partiendo de cero. No importaba equivocarse o no, las llamadas la realizaban otros y al finalizar, colgaban también otros. Ellos, solo tenían que saber descolgar para estar en línea. (esa era la frase mágica que hacía que muchos de ellos perdieran el miedo que les daba sus equivocaciones)
¿Quién de nosotros no conoce a alguien a quien le haya costado mucho el adaptarse a llevar consigo un teléfono móvil en su bolsillo?
Nuestros mayores han estado acostumbrados a que las llamadas se realizaban a través del teléfono fijo, ese que estaba en todos los hogares antes de la invasión de la fibra y sus móviles, ya que casi siempre estaban en casa a la hora que les llamaban sus hijos o sus hermanos o demás familiares o amigos. La telefonía móvil, ha costado un sobreesfuerzo para muchos de ellos, pero si además del normal uso de la línea telefónica, le añadimos el Whatsapp y sus videollamadas , ese sobreesfuerzo llega casi a extremos de hándicap casi insuperable, pero eso, CASI, porque no ha ocurrido, sino que se han adaptado rápidamente.
Admiración, es lo único que siento por estos nuestros mayores, tan resolutivos y con tantísima capacidad de aprendizaje todavía. Todos deberíamos seguir su ejemplo una vez más. 


jueves, 11 de marzo de 2021

GAMA DE VERDES.-

Ayer tuve la ocasión de volver a hacer unos pocos kilómetros conduciendo  por carretera.
Nada de especial tiene lo que hasta ahora he escrito (bueno, quizás con la falta de movilidad por la pandemia, sí que sea algo especial) es más, es algo que millones de españoles hacen cada día, pero no todos los días ni todos los españoles, disfrutamos de las inmejorables vistas que nos brinda la carretera, o mejor dicho aún, los laterales de nuestras carreteras.
Es el mejor mes para apreciarlo. Hablo de esa inmensa gama de verdes y ocres que se desperdigan por el horizonte, a veces en cuadrículas que nos recuerdan a un tablero de ajedrez, añadiendo a la ruta esa oportunidad de recrear nuestros ojos con la mirada de un paisaje tan bien dibujado, como lo hace la naturaleza y la mano del hombre cuando trabaja a su lado.
Amarillo y azul, son necesarios estos dos colores básicos, su unión,  para lograr el color secundario verde, que a su vez es el complementario del rojo. Eso es principios de pintura y de mezclas de colores primarios. A partir de la cantidad de color amarillo con el que mezclemos el azul o viceversa, obtendremos una amplia gama de “verdes” de muy diferente tonalidad, y  entre los que podíamos nombrar a modo de ejemplo: verde lima, verde chartreuse, verde puro, verde primavera, verde cian, verde menta, verde agua, verde mar, verde turquesa, verde trébol, verde pino, verde botella, verde oliva, verde manzana, verde pistacho, verde helecho, verde musgo, verde espinaca, verde bosque, verde claro, verde oscuro, jade… y así podríamos seguir, según fuera la cercanía al azulado, al amarillento e incluso al grisáceo de  nuestra variedad de verde.
LA NATURALEZA, nos brinda ahora la opción y oportunidad de contemplar en todo su esplendor la más variopinta gama de este color, al que las personas daltónicas confunden y no pueden identificar.
Es el verde un color tan natural, que es fácil encontrarlo con sus diferentes tonos, hasta en infinidad de banderas de países, y también en comunidades (Andalucía, por ejemplo).
Un simple paseo, ahora ya a pie, nos permitirá disfrutar de este maravilloso manto que cubre ahora el campo. Junto a él, ya se empiezan también a asomar otros colores típicos de principio de la primavera, lirios morados, campanillas amarillas, manzanilla de los campos blanca y amarilla, colza amarilla, amapolas, jacintos, romero, tomillo, lavandas…¡TODO UN ESPECTÁCULO! y gratuito.

  

lunes, 8 de marzo de 2021

Y EL 9 DE MARZO ? .-

El día 8 de Marzo, todo el mundo recuerda que es el Día Internacional de la Mujer y que por tanto, hay que celebrarlo con todo tipo de muestras, y no solo con manifestaciones (pues dadas las circunstancias de este año, con el COVID aun danzando suelto, mejor no realizarlas). Pero sí se seguirán realizando acciones que permitan visualizar tal acontecimiento, pues, para más de la mitad de la población mundial, que son las mujeres,  es un día para celebrar, para reivindicar, para seguir buscando nuevas metas y rompiendo techos que impidan la igualdad en derechos tanto de los hombres como de las mujeres.
El 8 de Marzo, es solo un día de referencia,  y ello debido a una resolución de 1910, adoptada por unanimidad en la II Conferencia  Internacional de Mujeres Socialistas a las que asistían más de un centenar de mujeres en representación de 17 países, y que fue propuesta por la alemana Clara Zetkin.
Pero…¿Qué pasará el 9 o el 10 o el 11 o cualquier día de cualquier mes del año? Esos días ¿Ya no serán días de reivindicación, de manifestaciones o de celebraciones? ¿Qué tendrán de diferente al día 8? ¿Por qué se celebra sólo el día 8? Pues que esos días y todos los demás días del año se han de seguir tomando medidas por los poderes públicos que tiendan a esa verdadera equiparación entre hombres y mujeres y nos convierta a todos en PERSONAS.
Debemos felicitarnos todos, por los innumerables avances que desde 1910 a nuestros días ha habido, pero, sin duda alguna, hay que seguir avanzando. Porque no podemos olvidar que para que  una sociedad sea más justa y avanzada,  todos y cada uno de sus asociados, han de tener los mismos derechos y libertades, sin olvidar que también tendrán los mismos deberes.

lunes, 1 de marzo de 2021

MEMORIAS.-(1)

Es bonito recordar situaciones, de cosas que en nuestra infancia eran diarias y casi generalizadas.
Los que ya rondan o hemos pasado la sexta decena de vida y tuvimos la suerte de haber podido disfrutar de una infancia en algún pueblo, recordaremos algunas si no todas estas situaciones sobre las que voy a reflexionar.
Casi siempre, estos casos se daban en la llamada “casa de la abuela”, esa extensa casa que solía tener un primer patio dedicado a las macetas y su cuidado y un segundo patio que daba para tener una pocilga o cochinera, donde engordar a  un lechón para la época de la matanza, un gallinero en el que unas pocas gallinas con un gallo, nos surtían de los huevos que fritos con ajitos acompañarían, a esas humildes y sabrosísimas patatas del huerto, propio o bien del de algún vecino y unos pimientos también fritos y colocados sobre trozos de  hogaza de ese pan casero que aguantaba tres o cuatro días sin apenas ponerse duro.
Quedaba también una zona (solía ser la zona de la solana del patio) para colocar en ella, el típico barreño de zinc, digno sustituto del lebrillo gigante de barro, a medio llenar de agua y que desde por la mañana, comenzaba a  apropiarse de grados centígrados solares para que, llegada una determinada hora, sirviera a modo de bañera para la casa, en la que no había aún ni agua corriente, ni mucho menos lo que hoy llamamos cuarto de baño o de aseo, por lo que a veces, junto al gallinero, solía salirse a hacer las llamadas “necesidades” aunque de  la  misma época, la querida “escupidera”(mejor llamada orinal) impidió más de un paseo al segundo patio en horas intempestivas.
En fin, solo son recuerdos de momentos de vida, que quedan en la mente archivados para siempre.