lunes, 30 de noviembre de 2020

CERCA DE 10 MIL.-

Parece a simple vista una cifra no muy significativa, aunque, depende con lo que se le acompañe.
10MIL es una muy penosa cifra, si nos referimos a los  españoles que durante el mes de noviembre se han marchado de este mundo por culpa del Covid. Sí, aunque será difícil, como siempre ha sido, saber exactamente su número, ronda esa cifra, si no la sobrepasa.
10MIL que ya no están sólo en este mes y 10MIL familias que lloran sus pérdidas.
Y aun así en estas Navidades, se llenarán las calles de luces y de bulliciosas mareas de personas donde será muy difícil guardar la llamada distancia social de 2 metros, y entre las que seguramente, habrá más de un positivo de esos llamados asintomáticos, que son los propagadores (sin saberlo ellos mismos) del terrorífico virus (dando por sentado  que los que sean positivos reconocidos no saldrán de sus casas).
Será una navidad diferente, eso es algo que todos los dirigentes políticos nos dicen y ahí lo dejan; pero no es algo que no seamos capaces de entender, diferente por supuesto, solo por el hecho de llevar mascarilla todos ya lo es, diferente por estar conviviendo con el virus tantos meses como llevamos ya, diferente por estar tan restringida la movilidad entre las diferentes zonas de nuestra España y del extranjero, diferente porque apenas habrá opción para juntarse los familiares como era habitual (antigua normalidad) en torno a una mesa común de celebración en la cena de Nochebuena o en la comida de Navidad o en la cena de Nochevieja.
Incluso será diferente también con los más pequeños y con esa ilusión infantil de ver las alegres cabalgatas  y de esperar los regalos de Papa Noel o de los Reyes Magos, que siempre han traído a casa los abuelos,  tíos,  primos…en esa tarde de café y juguetes,  propia de la fecha, este año, también eso será diferente y no podrá ser.
Una Navidad diferente por supuesto o es que ¿alguien puede negarlo? Y con demasiadas ausencias en nuestras mentes.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

DESPERTANDO.-

Esta mañana se acababa de levantar el sol, eran las 5,24 y apenas una luz tenue empezaba a espabilar las nubes oscuras que cubrían el cielo. El sueño, ya se había ido y la dificultad por volverlo a encontrar parecía hacer nulo cualquier intento de una nueva conciliación. 
Ya todos hemos experimentado esa sensación de dar vueltas y de nuevo voltear sobre una cama que ya no quiere que estemos en ella pero que tampoco nos expulsa, porque aún no es la hora apropiada para hacerlo. Era pues el momento idóneo para repasar las cuestiones más importantes del día que ayer pasó y del que hoy comienza. 
Pero eso es también una misión que no es necesaria tan temprano, no es hora de estropear nada con pensamientos ya pasados ni con otros que quizás puedan ocurrir aunque tienen la misma probabilidad de que no ocurran. 
Dicho lo cual, una nueva vuelta para cambiar de postura y ¿por qué no? encender el radio-reloj-despertador que habita sobre la mesita de noche y ponerme al día de las diferentes noticias nacionales e internacionales que se mueven por las ondas. Eso sí, con el correspondiente auricular para no molestar a quien aún sigue en brazos de Morfeo. 
Vaya, la primera  voz que se oye es la de una locutora que anuncia que el tiempo estará revuelto a lo largo del día de hoy y que se esperan rachas de viento de hasta 80 km/h. En cuanto a las precipitaciones serán abundantes en el norte de la península y en forma de tormentas en las dos Castillas. Pues aunque cueste creerlo, con esa noticia me debí dormir sin darme cuenta pues me desperté con la que decía: “Son las 10. Las 9 en Canarias” En fin, que comenzaba un nuevo día tan especial, como todos los demás, aunque eso sí, un poco más tarde de lo habitual. 
Y con la compra de no sé cuántos millones de dosis de una nueva vacuna contra covid, y ya es la sexta, por parte de la comunidad europea. Pero ya sabemos el refrán: “hombre prevenido…”






domingo, 22 de noviembre de 2020

NUEVO JARRO DE AGUA.-

Acaban de ampliar las medidas restrictivas en Andalucía, hasta el día 10 de Diciembre, por ahora.
Eso tan simple de decir, pero tan difícil de creer, hace que otra vez  millones de personas podamos vernos bastante agobiados con la situación que se plantea, en fechas ya muy cercanas a la ansiada Navidad.
Debemos intentar entre todos contribuir a la erradicación del virus que está haciendo que las relaciones entre personas se estén deteriorando hasta el punto de que quizás llegaremos a plantear la fórmula de vivir en soledad como la más apropiada para poder superar la situación y tener así la esperanza de que acabe pronto.
No debe ser así, no vamos a llegar a tanto porque por encima de todas estas cuestiones, está la esperanza, esa que pintan de verde, esa que hace que las situaciones más difíciles, se conviertan en sueños de superación y lucha por avanzar en la búsqueda, cada día más cercana de la solución deseada.
Seguiremos cerrando los negocios a las 6 de la tarde, seguiremos quedándonos en la casa desde las 22 hasta las 7, seguiremos sin poder visitar las segundas residencias por muy cercanas que estén, sin poder visitar a algún familiar que por desgracia no vive en el mismo municipio, sin poder hacer una ruta  cercana de senderismo por el campo (por donde a nadie nos cruzaremos) pero,  a la que para llegar, hay que salir de los límites de nuestra localidad, sin poder, en definitiva vivir la que antes era “normalidad”.
Esta “nueva normalidad” no es la deseada, es solo la normalidad estoicamente soportada. 

jueves, 19 de noviembre de 2020

¿HEROES O…?.-

Es una duda que me planteo. Y es que hoy se han solicitado mil voluntarios  aquí en nuestro territorio, para probar, cual si de cobayas se tratase, una nueva vacuna anticovid que llega a su fase 3 (Jansen), es decir, la de prueba en humanos.
Seguramente que ya están apuntados más de esos mil, igual que ya desde antes hay otros españoles que están siendo objeto de estudio por la prueba de las otras dos vacunas anteriores (Pfitzer y BioNtech), recordaremos que esta es la tercera que llega a anunciarse. ( la cuarta si tenemos en cuenta a SpuknitV,  la denominada “rusa”).
Verdaderamente hay que tener algún gen de héroe para presentarse voluntario y probar un “invento” al que se le desconocen  los efectos secundarios que pueda tener en el organismo humano. Por supuesto también, que ya cuando llega a ensayo en personas, está más que probada y elaborada una lista de las posibles complicaciones que puedan surgir. Es bastante segura su prueba, aunque sabemos de sobra que nada es 100% seguro.
Gracias a esos voluntarios, junto a otros 38.000 más de diferentes partes del mundo y razas o etnias diferentes, servirán para sacar conclusiones y  modificar o no, la dosis o la composición del compuesto elaborado  no solo para luchar sino para vencer al covid. A ELLOS Y ELLAS (todos y cada uno de los voluntarios) les deberá la humanidad la posibilidad de curación. Héroes anónimos, que actúan de manera valerosa y arriesgada en beneficio de una causa noble y a su vez, son dignos de admiración. Desde aquí, mi humilde agradecimiento.

lunes, 16 de noviembre de 2020

LAS SEIS DE LA TARDE.-

Solo eran las seis de la tarde, y aunque ya las últimas luces del sol empezaban a abandonar el firmamento, aún no estábamos preparados para ver cómo una tras otra, las persianas de los diferentes negocios de aquella calle central, iban bajando para impedir así la entrada al interior.
Era la aplicación de las medidas que se habían ordenado para los 15 días siguientes, en un intento por rebajar la tensión hospitalaria que se padecía y que estaba empezando a ser preocupante por el alto número de nuevos enfermos que cada día aparecían
Eran las seis de la tarde y las calles de la ciudad empezaban a encender sus farolas, como queriendo alumbrar a los pocos transeúntes que aun las recorrían y que buscaban ya el regreso a sus casas, pues nada había que hacer ya sino regresar y quedarse en el interior de los hogares el mayor tiempo posible. El día acababa y el cierre de los negocios así lo confirmaba.
Algunas horas quedaban aún para tener obligatoriamente que quedarse dentro, pero la  verdad, que nada interesante había ya que hacer en las calles, la vida en ellas, con el cierre de sus negocios, se acababa y por tanto no era ya atractiva la permanencia.
La resiliencia (o capacidad de adaptación de los seres vivos frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos)  del ser humano es impresionante y por ello, de la noche a la mañana nos acostumbramos a este nuevo horario de realización de las actividades sociales y quizás también porque la naturaleza ayuda a ello, con el adelanto de la llegada de la tarde-noche de noviembre y  por el cambio de hora, de este mes.
Sea como fuere, lo cierto es que las calles se ven desiertas y en bastante medida hasta en ellas se refleja la tristeza que a todos nos produce esta situación a la que cada día nos enfrentamos con mayor resignación, esperando a que de nuevo y muy pronto  seamos capaces de aplicar la segunda  de las acepciones de la palabra de moda, la nueva resiliencia que  permita al sistema recuperar nuestro estado inicial cuando haya cesado esta perturbación a la que estamos sometidos. (Véase la definición de la RAE).

jueves, 12 de noviembre de 2020

CONTRARRELOJ.-

Tiempo llevan ya las empresas farmacéuticas en esa lucha contrarreloj por encontrar una vacuna que sea eficaz para combatir el nuevo virus.
Pero ahora, ahora es cuando una nueva etapa contrarreloj empieza, la de tras ser el primero en encontrarla ser también el primero en comercializarla. Esta semana, ha comenzado con la noticia de la empresa Pfitzer que dice tener una vacuna eficaz en  un 90% de los casos.  Sólo con este anuncio se ha conseguido que las bolsas de todo el mundo experimentasen una fuerte subida en sus valores y que haya además otras noticias que dar.
La esperanza, parece volver a asomarse a nuestras ciudades y los ciudadanos nos empezamos a hacer ilusiones sobre el final de la catástrofe. Pero, porque siempre hay un pero, empiezan a salir nuevos problemas y es que, esta vacuna, que en principio necesita de dos dosis, tiene el gran inconveniente de su conservación y transporte, y es que necesita nada menos que de 75 a 80 grados bajo cero para ser viable. Jarro de agua fría, nunca mejor dicho, no hay casi ningún hospital que sea capaz de tener “cámara frigorífica para almacén” de tales características (Parece ser que solo los que se dedican a trasplantes pueden tener algo similar).
Y un observador inquieto puede empezar a preguntarse que si esta vacuna  hay que transportarla, (al igual que ocurre con los productos ultracongelados, en los que se recomienda que no se rompa la cadena de frio porque entonces perderían sus propiedades), habrá que hacerlo también sin ruptura de la cadena de frio, para que sus características se mantengan y que sus beneficiosos efectos no pasen a convertirse solo un placebo de vacuna. ¡Difícil será la encomienda! De conservar y transportar a esa temperatura.
Además no sé si hay alguna flota de camiones frigoríficos capaces de llegar a ese nivel de congelación, pues creo que al máximo está ahora en -20 grados.
Pero como ya sabemos que la esperanza es lo último que se pierde, seguro que para cuando esté preparada  su comercialización, este y otros problemas, se habrán solucionado también.

lunes, 9 de noviembre de 2020

UN PASO MÁS.-

Ya se ha conseguido, ya todos estamos un poco menos libres. Ya en Andalucía, empezarán a cerrarse bares, restaurantes y los pequeños negocios familiares y los grandes centros comerciales a las 6 de la tarde. (en principio, solo cierran hasta el día siguiente y esperemos que al menos sea así cada nuevo día y no tengan que acabar cerrando definitivamente sus persianas).
Las calles volverán a quedarse solas y silenciosas, tristes. Y por si esto fuera poco, a partir de las 22 horas, nadie podrá estar por las calles hasta las 7 de la mañana del día siguiente.
De nuevo viene con fuerza y mandando mensajes de dolor y muerte. Las autoridades, se ven en el difícil papel de poner en un platillo de la complicada balanza diaria, la economía que mueve al mundo y con la que avanzan las sociedades modernas y en el otro lado de esa balanza, la salud y el intento de superar la mala racha que este mortífero virus está dejando.
Cuesta mucho creer que, un casi invisible bicho, se pueda convertir en la peor de las pesadillas, no solo de un país sino de todo un planeta y lo difícil de resulta poder doblegarlo, aunque se sabe que así actúan los virus hasta que aparece una vacuna como antídoto ante ellos.
Sea como sea, lo cierto es que nos vemos obligados a guardar no solo las tres medidas conocidas de sobra ya,(mascarilla,  manos y metros) sino que a ellas hoy añadiremos otra, la del mayor tiempo posible en casa, aunque esta sea a título de recomendación, la de no salir a la calle y si lo hacemos, que sea solo a lo imprescindible.
Ah, por cierto, cuenta como imprescindible, el llevar a los hijos en edad escolar a sus centros de estudio y recogerlos a su salida. En fin, a 9 de noviembre, estamos intentando que estas navidades, sean, al menos, llevaderas y con la posibilidad de poder juntarnos aunque sea en la calle y viendo su alumbrado o algunos escaparates adornados para la ocasión. Si esto llega a suceder, daremos por bien empleado este nuevo sacrificio que hoy empezamos. 

jueves, 5 de noviembre de 2020

SOÑANDO.-

Empezamos un nuevo día y hoy me he levantado con ganas de contaros el último sueño que he tenido y que recuerdo.
Nada más despertar he subido la persiana del dormitorio y un radiante sol  ha deslumbrado mis ojos recién abiertos y aún no acostumbrados a esa potente luminosidad. El día luce majestuoso a pesar de ser solo las 8 de la mañana, será por el cambio horario último. Rápidamente y tras una refrescante ducha, me he vestido y he salido a desayunar al bar de siempre, que  hoy lucía un brillo especial, aunque el mismo olor  a pan y dulces recién elaborados, junto al aroma ya tan típico  del café matutino. Allí estaban los mismos clientes cotidianos de esa hora. Los dos que aún no tienen obligación de llevar niños al cole, (por ser todavía jóvenes y no tener hijos) y los que cinco que tampoco, por ser ya mayores y haber dejado atrás esa obligación paternal.
Ni siquiera he de pedir a la camarera lo que quiero tomar, pues al ser cafetería de barrio, el ambiente casi familiar, permite que ella ya conozca mi consumición habitual. Con mi café y mi tostada, desayuno.
Mientras, la charla de unos y otros se va extendiendo por todo el local, claro que tampoco somos tantos,  siete clientes y dos camareras. Estamos alegres, hoy, por fin, estamos alegres todos. Y eso se nota en el ambiente, todos aún respetamos el uso de la mascarilla, nadie duda de que sea necesaria todavía, pero el saber que ayer por fin se empezó a vacunar eficazmente a todos los ciudadanos, contra el Covid, hace que el día de hoy, sea un día muy muy especial.
Pero al despertar, la alarma de mi reloj me devuelve a la realidad más cruda, a un despertar inquieto, donde la tranquilidad o el sosiego y la calma  parece que serán difíciles de alcanzar.
Pero el sueño, el sueño al menos, ha sido capaz de hacérmelo creer.  ¡SERÁ  PREMONITORIO!