Hoy hablaré sobre la incertidumbre que se tiene a estas alturas del
curso académico: de cómo, cuándo y dónde se van a ir acabando los
cursos y las diferentes etapas que componen nuestro sistema educativo.
Hay algunos cursos, que son
más importantes que otros, no porque los demás no lo sean, sino porque depende
de su resultado, la continuidad del alumnado por uno u otro camino.
Se está intentando dar
normalidad a un curso que en absoluto lo es. Un curso que se acabó en Enero, o
que tendría que haberse acabado en Enero y que sin embargo aún se está dudando
en si darlo ya por finalizado o estirarlo hasta Julio, en si poner pruebas de
acceso al principio o al final de mes,
aunque creo que hoy ya se tiene fecha para la prueba de la EBAU (Selectividad)
para el período del 22 de Junio al 10 de abril. Claro está, si Sanidad no da marcha atrás, por nuevos repuntes de pandemia.
En las enseñanzas
obligatorias, se están mandando infinidad de tareas por parte de un esforzado
profesorado, al que se le ha echado encima la responsabilidad de aprender en
pocas horas, la forma de surfear por las redes sociales y de realizar un
intensivo curso de iniciación y desarrollo en las tecnologías de la información
y la comunicación (TIC), siendo todo ello a costa de sus momentos de
tranquilidad y de su tiempo familiar. Trabajando, mucho más, que con las clases
presenciales y dedicando el mayor de sus esfuerzos y dedicación al alumnado incluyendo sus propios teléfonos móviles, personales, puestos al servicio de consultas, dudas, tareas...
Pero si mal está la situación
en la enseñanza obligatoria, si hablase de la Universitaria…(solo pinceladas)
Exámenes a realizar en
plataformas que se colapsan y que añaden aún más incertidumbre y nerviosismo
a un alumnado que sabe que se juega
mucho y que gran parte de su futuro profesional, se le está complicando por
este año. Hay materias que requieren de unas prácticas para ser evaluadas y que
sin embargo, no se pueden realizar por el confinamiento y que son irrepetibles
pero siguen siendo obligatorias.
TFMs (Trabajos de Fin de
Máster) que esperan a poder ser evaluados por un tribunal que no habrá opción a
su composición… materias que se han de dar por acabadas aunque no se haya
tenido supervisión alguna de un profesorado desbordado por las circunstancias…
Y una Evaluación muy pendiente
de miles de cosas y de NUEVA normativa legislativa, con un parlamento y unos
claustros desaparecidos. Pero…
¡ÁNIMO QUE
YA QUEDA MENOS!
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