martes, 27 de abril de 2021

ENTRE NUBES Y CLAROS.-

Así podríamos decir que va transcurriendo la vida de cualquiera de  nosotros, entre nubes (malos ratos) y claros (buenos).
Pero estos movimientos de la vida, se han repetido durante toda la pandemia que llevamos vivida; no ha dejado de ser un conjunto continuo de nubes y claros, de altos y bajos, de medidas de restricción y de apertura, de imaginar una salida y al día siguiente, olvidarse de tal circunstancia.
Esta dualidad que nos acompaña siempre, es la que nos permite que en los momentos más difíciles, antes de hundirnos del todo, podamos buscar la tabla de salvación necesaria. Y esa tabla de salvación, unas veces se presenta bajo ayudas de miembros de nuestra familia, otras de amigos más cercanos o íntimos e incluso a veces, cualquier acción que vemos al pasear por la calle, y a la que no le damos importancia a primera vista, pero con el paso de las horas, hace que reflexionemos nosotros mismos y salgamos a flote.
Nubes y claros, típico tiempo de primavera de este mes de abril que está haciendo honor al refrán que dice: “en abril, aguas mil”.
Tiempo también de lo que los antiguos llamaban “resentires” (que era sentir dolor o molestia en alguna parte del cuerpo, a causa de alguna dolencia o enfermedad pasada) en sus heridas o cicatrices, en sus antiguas “quebrancías”, en sus “coyunturas”…en definitiva era tiempo de dolencias dormidas con un mejor tiempo, que está próximo a llegar y despiertas con este. Un recuerdo para todos nuestros mayores.
Bueno pues, seguimos adelante y no olvidemos que vivimos “entre nubes y claros”.


jueves, 22 de abril de 2021

¡ASÍ NO, EUROPA! ¿NO?.-

 La noticia de hoy, no deja de sorprenderme y creo que no soy el único al que le ocurre.
Según fuentes bien informadas (como siempre), el Centro Europeo de Control de Enfermedades se está planteando dar ya el paso a que podamos ir pasando a una normalidad más avanzada y para ello piensan en la posibilidad de que dos o más personas, puedan sentarse en la misma mesa, sin utilizar la “molesta y protectora” mascarilla; eso sí, ambas tienen que estar vacunadas e incluso, pueden sentarse con alguna otra que no esté vacunada, siempre que no sea personal de riesgo.
Bueno, todos estamos esperando que esto pueda ser y que no tengamos que usar ese protector que hasta ahora ha sido obligatorio, al menos en España, pero, con un índice tan bajo de población vacunada, parece un poco precipitado que esto se pueda hacer realidad.
Imaginemos, por un momento, que esto ya fuese posible y que un día cualquiera en una terraza cualquiera de un bar en el que estamos tomando un café o  una cerveza con el consabido quítate la mascarilla para beber y ponte mascarilla entre trago y trago, se sientan a nuestro lado, en mesa contigua, dos personas que no usan mascarilla y vienen a “cara descubierta”, el camarero les pide que se pongan las mascarillas y ellos alegan que ya están vacunados y que no es obligatorio en su caso..…¿Estamos pensando todos lo mismo?  ¿Cómo sabemos que eso que dicen es real? ¿Quién controla que de verdad estén vacunados? ¿Habrá un carnet acreditativo de tal condición o hemos de darle a su palabra el valor de ley? ¿Y si hago lo mismo, aduciendo que también es ese mi caso?
¡Difícil, muy difícil se  ve desde la barrera, que eso se pueda controlar! Y no es que eso cree diferencias entre vacunados y no vacunados, que también las crea, sino que tampoco  la vacunación por territorios va al mismo ritmo y tiempo, por lo que no habría  igualdad en la norma y su aplicación.
Todos estamos deseando ya la llegada de ese día en que las mascarillas no sean obligatorias, pero cuando el motivo sea, que hayamos alcanzado la vacunación del cien por cien de la población.

jueves, 15 de abril de 2021

DESCONCIERTO.-

Es lo que sentimos cuando algo llega a nosotros de manera contradictoria o de forma que no entendemos por las reglas básicas del entendimiento.
Llevamos meses en los que asistimos a una serie de altibajos, como si de una montaña rusa se tratara, en los que los datos de los contagiados, de los ingresados y los que peor suerte corren, los de las ucis. se modifican a diario y vemos atónitos como las medidas de confinamiento o de salvaguarda, también varían y lo mismo nos podemos sentar en una terraza de bar seis personas en una misma mesa, que pasamos a poder solo cuatro, que en el interior de restaurantes se puede estar con aforo limitado y sin acercarse a la barra, que depende de qué horas parece que el “bicho” es menos bicho, que la mascarilla es obligatoria en todos los lugares donde no se pueda guardar los dos metros de separación entre personas, que aunque haya esa separación es obligatoria, que lo mismo aunque vayas por medio del campo, solo o con la única compañía de la persona que convive contigo bajo el mismo techo ( por cierto sin mascarilla, porque para eso es tu casa) también es obligatoria….
Lo mismo que eso ocurre, también los datos de la IA (que no se trata de ningún rebuzno, sino de la Incidencia Acumulada) fluctúan, y lo mismo un día estamos dentro de la zona de “relativa tranquilidad” que al siguiente, nos encontramos con que el colapso de las Ucis es inminente debido a que la curva de contagios va en ascenso.
La culpa, pues unas veces se le echan a una cosa y otras a otra. Esta vez, parece que la culpa ha sido la semana santa y , claro, con una movilidad prohibida entre territorios, y que la única opción era pasear por las ciudades, pues parece que eso ha servido de resorte para subir las cifras (cuestión inexplicable). Sea como sea y que además las vacunas no están llegando en la suficiente cantidad y rapidez necesaria para irnos protegiendo, es muy normal que estemos desconcertados. Aun así, vamos hacia adelante y a ver si nos aclaramos poco a poco.

martes, 6 de abril de 2021

FRUTAS NUEVAS.-

Hace ya bastante tiempo que nos hemos  acostumbrado a consumir, un tipo de frutas que eran desconocidas hasta hace poco por estos lugares.
Recordaremos que en nuestra comunidad, hasta hace poco tiempo, las frutas típicas eran: las naranjas (tanto de zumo como de mesa), las uvas, los melones, sandías, melocotones, ciruelas, albarillos, membrillos, peras y manzanas, mandarinas y clementinas, dátiles, plátanos, madroños, piñas, brevas, higos, cerezas. Eran las frutas más habituales en nuestros postres.
Hoy, la gama de frutas donde elegir ha crecido aún más y se han incorporado muchas de las llamadas frutas tropicales, que se adaptan perfectamente a nuestra climatología y a las que ya tenemos como propias también; podemos nombrar  al mango, la papaya, la chirimoya, el kiwi, la guayaba, el aguacate, el mangostán…otras son tan exóticas que apenas si se venden en las fruterías, y solo se encuentran en alguna más selecta: phisalis, pitaya, litchi, kumquat…
Nuestro clima mediterráneo ha hecho que en zonas de la costa granadina y también de la Axerquía malagueña, se encuentren muy bien adaptadas,  plantaciones de estos nuevos frutales, tan desconocidos hace apenas 20 años, pero a su vez, hoy tan integrados en nuestra ingesta cotidiana.
Muchas son las variedades frutícolas que nuestros campos nos ofrecen y sin duda, muchos los nuevos sabores que aún nos quedan por descubrir. No solo los que cultivamos en nuestro territorio, sino que desde lugares más remotos, también podemos degustar, al estar el comercio internacional  tan implantado en nuestra sociedad.
Ahora con la llegada de la primavera y verano, las frutas son tan necesarias como un buen gazpacho.