¡Hooola Mari, buenas tardes! Ponme
un jarrita fresquita, anda. Y, ¿qué tienes de tapilla hoy? Pues hoy puedo
ponerte queso, patatas fritas, aceitunas o montadito de serrano, lomo y
pimiento, o de york y queso. Ah vale, tráete un montadito serrano. Espera que
ya llega también mi amiguete…¿qué vas a tomar tú? Lo mismo que hayas pedido. Pues,
Mari, pon dos de lo mismo.
¿Qué tal la mañana? Pues ya
ves, como de costumbre, levantarme rápido para ducharme y salir corriendo a
coger el bus para ir al centro, que tenía una reunión a las 9 y he estado hasta
las 12. Imagina, a esa hora ya, ni desayuno ni ná. El resto de la mañana, en mi
puesto habitual, resolviendo dudas y quitando papeles de en medio, archivando
la correspondencia atrasada y dando salida a la respondida. ¡Estaba deseando ya
de tomar la cervecita de medio día! Hay que ver cómo se echa en falta cuando
llega su hora. Y tú, ¿qué tal?. Pues ya ves, poca cosa nueva que contar, mi
oficina y mis clientes diarios, también he estado quitando papeles atrasados. Y
ahora, a disfrutar el momento, a saborear la tranquilidad de la buena compañía
y por supuesto ¡de esta rica cervecita!
Y qué tal, ¿cómo se presenta
el fin de semana, os vais a algún lado o no? ¿Vienen los hijos o vais a verlos
vosotros? Nos quedaremos por aquí, este fin de semana cada mochuelo en su
olivo, y ¿vosotros? Pues lo mismo, así que si queréis, podemos mirar la
cartelera de cine para el sábado ir si queréis. Pues mira no te digo que no, a ver ahora
después que se lo comente a la mujer a ver qué dice y ya te llamo y te cuento.
Muy bien, pues , Mari, ¿dinos qué se debe?. Tras pagar la “convidá”, nos
alejamos para dirigirnos cada uno a nuestra casa y esperando a ver si mañana,
habrá salida para ir al cine o nos quedaremos por el barrio, tomando algo.
¡Y nos parece que fue ayer!
¡ÁNIMO YA QUEDA MENOS!
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