EN PIJAMA.-

ES curioso, pero a veces no nos paramos a pensar ni siquiera en acciones que realizamos sobre la marcha y que inconscientemente se convierten en rutinas diarias.

Tras una larga  y trabajosa jornada, cuando cada uno llega a ese espacio del universo, a ese lugar tan especial, tan cercano, tan deseado y que ahora llaman “zona de confort”, cuando llegamos a nuestro hogar, a nuestro reino, a ese lugar que nos acoge y abraza, simplemente nos da por quitarnos la vestimenta de calle y rápidamente ponernos el tan socorrido pijama, que sabedor de  nuestras preferencias, esperaba  a que llegase su hora. El pijama, ese pijama que ya forma parte de nuestra historia, de nuestro ser, de nuestro paso por este mundo y que a pesar de las muchas horas de uso que pueda tener, sigue siendo el mejor compañero para la tranquilidad y calma que necesitamos en nuestros momentos de relax, en el sofá, antes de irnos a descansar en la cama.

Pero si el pijama, es algo que nos atrapa y abraza, no es menos cierto que si viene además acompañado de la bata de estar por casa, se convierten en nuestros mejores aliados.

Ese pijama que nos ha acompañado durante las horas de calma, que junto a una copa, nos ha permitido avanzar en las tardes-noches de nuestro paso por esta vida.

Seguro que más de uno de nosotros, recuerda con muchísimo cariño a aquel pijama de franela a cuadros que nos poníamos en las largas noches de estudio, en el visionado del partido de la semana, en la película que nos ofrecía la televisión (antes no podíamos elegir películas privadas)  con el sándwich (antes bocadillo) y la bebida que más nos gustaba (no nombro ninguna por aquello de no hacerle publicidad) o a aquel mismo pijama de las noches de insomnio cuidando a alguno de nuestros hijos con fiebre…. PIJAMA, con mayúsculas.

Hoy, las cosas han cambiado y eso mismo podíamos decir de otra prenda EL CHANDAL.

DEMASIADA TENSIÓN.-

NO, no es de la tensión arterial (ni la sistólica ni la diastólica) de lo que voy a hablar en el día de hoy. Más bien la acepción de la palabra (o de la locución) es la referente al estado anímico de enfado o malestar y de enrarecimiento del espacio en el que nos encontramos. De la tensión, creada.

Y entonces, es cuando surge esa impresionante sensación de impotencia ante los acontecimientos, que a su vez es la culpable de dejar inactivas a las personas, cargándolas de negativismo, y creando en ellas un gran agobio y tristeza, si además, se encuentran que ni siquiera les da su sueldo ni para una cerveza de más, tenemos el punto de partida de una realidad muy actual.

Enfado generalizado por el acumulo de subidas desorbitadas de precios, que seguimos soportando desde hace ya algunos meses, pero de los más destacables, la TREMENDA  e inhumana subida de precios de la ELECTRICIDAD, que además, (¡no sé por qué casualidad!) coincide con los meses en los que las temperaturas se vuelven extremas y el frío, está no solo en la calle, sino que parece penetrar hasta por las paredes de las casas, y enfría hasta el ánimo o el menor atisbo de alegría. GASOIL, gasolina y sus demás derivados, también escalan hasta sus cumbres más elevadas y aumentan el gasto familiar hasta límites insospechados hace unos meses. Y claro está, con esas subidas tan en la base de todo lo demás, vemos cómo se va repercutiendo en cada producto que necesitamos para sobrevivir cada día (tanto en lo referente a ALIMENTACIÓN, como en el VESTIDO, y también en TRANSPORTE).

Pero hablaba de TENSIÓN, y aún hay más, que no podemos olvidar, sigue con nosotros el Virus, y la espada de Damocles de una ¡nueva guerra! que intentan salvaguardar con la diplomacia.

Sea como sea, y teniendo en cuenta, como decía el poeta latino Virgilio que “tempus fugit”, mejor nos dedicamos a vivir , como decía el otro poeta también latino Horacio, el “carpe diem” e ignorar aquello que nos hiera, para dedicarnos a disfrutar de lo que queremos y con quienes más queramos.

TIRANÍA DE LAS TECNOLOGÍAS.-( II )

Continúo con el tema de las tecnologías y de su tiranía.

Llama de nuevo la atención la noticia de que “desaparecen los prospectos de las medicinas” .En su lugar, se podrán seguir leyendo, con la descarga de su “CÓDIGO QR”. De acuerdo que es un experimento piloto, pero no es menos cierto que la intención es extenderlo y hacerlo realidad, para evitar así el excesivo uso del papel. Eso sí, siempre pensando en los de más edad o si no tienes un teléfono móvil, con lector de códigos QR, o con conexión permanente a internet, se puede pedir en la farmacia que te faciliten  un prospecto para que lo puedas leer, siempre cabrá esa opción, por ahora en los 40 medicamentos que conforman este experimento.

Pues bien, una vez más,  ocurrirá como en los bancos y veremos a los más mayores, haciendo cola en las farmacias, no para comprar medicinas sino para pedir el prospecto de la suya, por si hoy ha llegado alguna remesa de ellos. ¡Que ya llevan tres días con el medicamento en casa! y quieren leer las cuestiones que leían antes en los prospectos: cómo, cuándo y cuánto (posología) tomarse, qué efectos secundarios les puede causar su ingesta, qué interacción tiene con otros medicamentos que están tomando y qué hacer si se le olvida tomarlo o si se toma más dosis de la cuenta. Esas “cosillas” que antes leían (con  un esfuerzo visual titánico, dicho sea de paso, dada la ínfima letra con los que se escriben) y que ahora no les viene en la caja, pues en su lugar solo encuentran un “código QR”. Y ¿no sería mucho más fácil añadir un pequeño prospecto, que respondiera a esas CUATRO CUESTIONES BÁSICAS, con  un tamaño visible de letra en la caja? Y si se quisiera ampliar la información, entonces escanear y leer mayor contenido con el código QR.

Repito, no compliquemos en exceso lo que es fácil de realizar y aunque vayamos avanzando, y adecuando la sociedad al futuro, a marchas agigantadas, no nos olvidemos de lo que ya decía en el post de hace tres  días, la tecnología avanza a pasos agigantados frente a los que ya su paso les va más lento de lo habitual.

Pues eso, pensando en los demás.

TIRANÍA DE LAS TECNOLOGÍAS.-( I )

Para entender mejor este post, voy a definir un poco el sentido de uso de la palabra tiranía, en su acepción de “Abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad”.

Y las tecnologías o últimos avances, están contribuyendo a que ese abuso, esa imposición, se esté dando sobretodo en un sector de la población española con la que yo me identifico.

La tecnología avanza a pasos agigantados frente a aquellos que ya su paso les va más lento de lo habitual.

Recordamos (y aún me indigna), cómo hemos podido ir perdiendo tanta operatividad con nuestros dineros, esos que hemos intentado ahorrar, haciendo restricciones de cosas para poder tener algo de efectivo, por si surgiese necesidad imperiosa de ello y  poder hacer frente a un gasto inesperado.¡Cómo habíamos depositado la confianza en nuestros bancos! y hoy (después de haber rescatado a muchísimos de ellos con dinero público también, “de nuestros impuestos”), resulta que esos bancos, CIERRAN sucursales en aquellos lugares en los que la “España Vaciada” deja su huella más letal y que impide a los vecinos, obtener cantidades de SU dinero cuando lo necesitan, incluso se han retirado hasta los cajeros automáticos que quedaban en sus calles, obligando a desplazamientos a la capital o a otro pueblo cercano para poder realizar alguna operación bancaria necesaria. Y ADEMÁS, ocurre también que cuando llegas a una ventanilla o mesa del banco para que te atienda un operario, te indican que solo pueden atenderte en un horario y días establecidos y que fuera de él, no te atienden. Pero aún voy más lejos y resulta que para determinadas cantidades de dinero, estamos obligados a hacer uso del cajero que se encuentran casi siempre en la calle, frente al sol, que impide ver la pantalla con nitidez, y donde las personas de edad avanzada son más vulnerables. Creo que ya todos hemos experimentado lo que digo.

Tiránica tecnología aquella que va dejando atrás a los que más necesitados se encuentran de mayor protección (los mayores, nuestros mayores) y no voy a calificar a quien erróneamente piensa, que todos somos iguales y por tanto todos tenemos que saber y conocer lo mismo sobre esos avances tecnológicos… (continuaré)..

ESTADOS DE BIENESTAR.-

No hace mucho tiempo que empezamos a utilizar la expresión de “estado de bienestar”. Aunque para todos, creamos que hace mucho, lo cierto es que antes no la usábamos, solo existían las de “vivir bien” o “vivir mal” (malvivir).

Sea como fuere, el concepto, no es el mismo, “estado de bienestar” es una acción que corresponde a los gobiernos que deben tender al bienestar social, con derechos igualitarios que ofrezcan protección a toda persona en situación de dificultad económica o de violación de  derechos. Corresponde, al Estado y a la forma de  llevar a cabo sus políticas.

Por otro lado, vivir bien o mal, es personal, se trata sencillamente de intentar en cada momento, vivir de la mejor manera posible,  sin perder de vista nuestro nivel económico, no es algo que pueda generalizarse, sino que corresponde a la singularidad de cada persona. Recordaremos aquí al filósofo Ortega y Gasset, que fue quien en 1914 acuñó en su libro Meditaciones del Quijote, la ya  famosa frase de “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Pues bien, cada persona hemos de intentar eso, adecuarnos a nuestra o nuestras circunstancias y a partir  de ellas, es cuando hemos de buscar la manera de vivir, de la forma que más bienestar nos produzca y sin esperar que nadie pueda vivirla como nosotros ni incluso entenderlo, pues cada uno de nosotros tendremos nuestras propias circunstancias y no la de otros, que tendrán también las suyas propias.  BIENESTAR, es una bonita palabra por lo que su concepto encierra, pero ¡la forma de alcanzar ese bienestar…! 

P.D. ALGUIEN me hace llegar el siguiente comentario, que parece darle fin a mi post : cada uno hace lo que puede para lograrlo con más o menos éxito.

ENCARECIENDO LA VIDA.-

Comienza el nuevo año y comienzan las subidas de precio de las cosas que se nos hacen imprescindibles para el desarrollo de nuestra vida cotidiana.

Es cierto que los sueldos y las pensiones suben desde el primero de enero de cada año, y que con esa “gran subida” mensual, calculada según el IPC del año 21, que parece ser fue del 2.5%, hemos de considerar que nuestro poder adquisitivo no merma ni se deteriora y,  debemos acostumbrarnos a un gasto anquilosado a tal cuantía. (Por cierto que en el mes de diciembre el nuevo IPC ya había subido al 5´62%, según el INE) . Enero, principio de año y principio de todo.

Pues como resultado de ello, nos encontramos que todo sube de precio y que aunque la subida de sueldo o pensión va en proporción a la subida de precios , no sé cómo nos la averiguamos para que la pequeña subida de 10 o 20 céntimos en cada objeto de uso cotidiano, acabe en menos de una semana con la tan llamativa subida de sueldo mensual, que bien puede rondar hasta los 20€.¡casi ná! 

No es que no seamos ahorradores, es que no nos llega para poder vivir y ahorrar a la vez. Y aun así, hay quien cree que lo que de verdad salvará a la economía es “potenciar el consumo”, pero lo que nadie aún nos indica, es ¡cómo se puede realizar tal proeza!, sin tener dinero, (euros), para consumir más allá de lo imprescindible. 

Me viene a la cabeza el chiste de la definición para este año de consumismo...”año de con su mismo coche, con su mismo televisor, con su mismo pantalón, con su mismo…” Sigan añadiendo “con su mismos” pero dejen atrás el de “con su mismo covid”. 

     

NUEVA ERA.-

No voy a hablar de la era que de pequeños, muchos de nosotros usábamos para “internacionales” partidos de fútbol (con los equipos de otras calles del pueblo), y que como era costumbre, siempre se jugaban en campo neutral, siempre se jugaban en “la era” que para quien no la conoció, digamos que era (según la RAE) un espacio de tierra limpia y firme donde se trillaban las mieses y que, como he dicho, servía de campo de deportes de imaginarias líneas de banda o de córner, para partidos futbolísticos en los que había multitud de goles en aquellas porterías que marcaban la anchura y dejaban al libre albedrío la altura, un par de piedras de mayor tamaño, que posteriormente, se volvían a quitar para dejar expedita la era de nuevo, para las mieses del día siguiente.

Pues como digo no es de esa era, sino de esta otra definición que la RAE hace también: ”periodo de tiempo que se cuenta a partir de un hecho destacado” Y creo que es destacado este año que acaba de entrar, porque, con él se empiezan ya a notar cambios en la forma de vida y comportamiento que la mayoría de personas estamos teniendo. Esta era será nueva, sin duda, en la forma de relacionarnos unos con otros, en la manera de afrontar los problemas cotidianos que vayan surgiendo, y en las actitudes de cada uno frente a la vida, buscando el positivismo que nos dará, el sabernos ya más seguros y libres de esta fatal pandemia que nos está azotando estos dos últimos años, porque, si de algo estamos seguros, es de que este 2022 debe marcar el final ya de ella y de que la vacunación anual  nos permitirá enfrentarla en las  sucesivas oleadas que el virus traerá, acompañado o no de la gripe, pero muy cercano a ella. De hecho las primeras víctimas de esta unión, llamada FLURONA ya han aparecido en nuestro país.

Una nueva era, sin duda y si los avances tecnológicos ayudan a la humanidad, esta será también una ocasión ideal para demostrarlo. Yo por si acaso, prefiero pensar en que llega una NUEVA y mejor ERA. 

NUEVO AÑO, ¿DE VERDAD?.-

Empieza el 2022 y parece que por el día de empezar no debe ser muy malo (comienza en sábado).

Como todos los años la tradición de decir y desear un “Feliz Año Nuevo” se habrá dicho infinidad de veces en las últimas 24 horas y con la mejor intención del mundo puesta en boca de cada uno de sus dicentes, pero, acaso, por ser fórmula casi de cortesía y dicha sin reflexionar, podría darnos pié a pensar que en este año, lo de nuevo, no sea muy apropiado o mejor aún, solo es apropiado por  el cambio de número de 21 a 22, pero el hecho de haber entrado con el mismo Ómicrom con que dejamos al primero, haga que no nos resulte ya tan…nuevo.

Pero dejando de lado esta reflexión e intentando ir a lo positivo, hemos de esperar de él un buen comportamiento y que con su llegada, traiga de la mano diversas esperanzas que deseamos ya desde hace tiempo. SALUD, es lo que se pide antes de nada, pues es quizás la necesidad más urgente que todos tenemos, porque ¿quién no conoce o tiene o ha tenido a algún familiar cercano que no se haya contagiado por este virus? SALUD.

Teniendo esa petición como primera y oyendo a la OMS (Organización Mundial de la Salud) quizás este año sea el que traiga el remedio, la solución, al final de la pandemia.

También por eso podría llamarse nuevo.

En fin, que el primer post de este año, ha de ser positivo y pensar que traerá, entre otras cosas buenas, la bajada del precio de la luz, de los carburantes, de los productos de primera necesidad, que las mascarillas serán gratis, que los bancos dejarán de cobrar altísimas comisiones por “tener” nuestro dinero, que los sueldos permitirán ahorrar algo de ellos para poder planear una merecidas vacaciones llegado el verano, que no sea ya necesario el pasaporte covid para poder moverte (porque signifique que ya no existe cepa alguna de él) y que tomar una copa en la terraza de un bar , no limite el número de asistentes (no acorte el número de amigos) que se puedan reunir, y que de nuevo, las familias puedan reunirse un sábado o domingo cualquiera a comerse juntos un arroz, sin el miedo en sus cabezas…

En definitiva, un año nuevo, con las formas de los antiguos y pasados años viejos.