Bueno pues, otro tema que está de moda.
¿Qué ha pasado y sigue pasando este verano con la
producción de “cubitos de HIELO” en
bolsas? Es que parece que no tengamos salida a un problema cuando nos
encontramos con otro. A ver, es muy cierto que
no ha llovido tanto como en otros años y que cada año lo hace menos, eso es
una realidad y que el agua es muy básica para nuestra supervivencia, es un
axioma; pero lo que ya es muy difícil de entender es que llegado
el verano y sabiendo de la necesidad de añadir a la bebidas unos pocos de
cubitos de hielo para intentar enfriarlas (puesto que el abusivo consumo no da tregua a los botelleros y congeladores ni
a los enfriadores de los restaurantes) nos encontremos con un gran vacío de abastecimiento por parte
de fábricas y empresas de distribución, obligando incluso al racionamiento de
las escasas bolsas que se ponen a la venta.
Caso y cosa difícil de entender cuando se sabe que a
medida que más sube la temperatura ambiente, más necesidad se tiene de beber cosas frías y por tanto, si lo unimos a
que la población de cualquier zona turística llega a duplicarse y más, no es de recibo que no haya “bolsas de
hielo”.
Pero, como toda acción, produce una reacción (tercera Ley
de Newton) y dada la escasez de las
mencionadas bolsas, se aviva el ingenio
de muchos y se opta por lo lógico, subir
el precio. Y no solo se sube el precio de la bolsa en origen, sino que
también unido al encarecimiento del transporte, se incrementa aún más su valor cuando
llega al punto de distribución y aún aumenta otro poco más en su llegada al de
venta, lo que a su vez, hace que todos los establecimientos del servicio de
restauración, incrementen el precio de
sus bebidas, si son pedidas con hielo, incluso en bastantes sitios, no
pongan el tan socorrido “café solo con
hielo”, refrescante.
En fín…tendremos una pausa en el consumo del hielo, menos
mal que en invierno no es tan necesario y el verano ya parece dejar paso a otro
otoño, seguramente más lluvioso. Mientras
en las casas, vuelven a estar de moda
las trasnochadas cubiteras.