miércoles, 8 de abril de 2020

¿Y AHORA?.-


Ya hace algún tiempo que viajaba por primera vez a un lejano  país (a pesar de las magníficas comunicaciones de hoy en día) del EXTREMO ORIENTE. Nada más aterrizar ya me llamó la atención la cantidad de controles por los que hay que superar antes de atravesar su frontera y cuando  por fin la pasas y consigues salir del aeropuerto, te das cuenta que muchos de los ciudadanos de ese país llevaban mascarillas cubriendo su boca y algunos también guantes en sus manos.
La curiosidad, esa amiga inseparable del ser humano, me llevó a preguntar rápidamente, a nuestro guía (mi recuerdo para él, porque sin yo saber inglés, fue mi diccionario de interpretación en aquel país) el porqué de aquella situación que a mí me extrañaba tanto. La explicación fue tan simple como lógica una vez conocida. Es una medida  normal de contención y prevención de virus; cuando cualquier persona cree tener algún tipo de enfermedad relacionada con su aparato respiratorio, rápidamente, usa su mascarilla para evitar contagiar a los que le rodean o en su defecto, para no contagiarse si se mueve en ambientes donde los virus se dan por asentados (lugar de trabajo, relación con diversas personas, lugares hospitalarios, ambientes contaminados en exceso…) en definitiva, se usa como medida de autoprotección  de la salud propia y la de los demás.
¡Vaya, le dije, en España solo la llevan  los diagnosticados de alergia primaveral !
Hasta aquí, cualquiera que me lea sabe de sobra que era así hasta hoy,  donde parece que la cuestión cambia y será mucho más que habitual  ver nuestros rostros medio cubiertos, en una escena callejera que nos recordará a la que se mostraba en las películas de bereberes ambientadas  en el desierto tunecino, dejando sólo ver nuestros ojos, esos ojos que expresarán la tristeza por lo ocurrido y la resignación al cambio de fisonomía y de hábitos y costumbres a los que la nueva sociedad nos obligará. Seguramente será así durante algún tiempo, (nadie es adivino) pero nuestro carácter positivista hará que esta nueva etapa la afrontemos con la tranquilidad de que estamos actuando para el futuro y cuidando de las generaciones presentes y de  las  venideras ya que de las pasadas, por desgracia, en demasiados casos, ha sido casi imposible actuar.
¡ÁNIMO QUE YA NOS QUEDA MENOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario