Creo, como andaluz que soy, que la celebración de un día
propio, para una porción de tierra española, no ha de tener un especial
significado si no es dentro del contexto y cohesión que con el resto de
porciones se ha de tener.
Andaluz, claro que sí, pero español antes que nada.
La celebración de este día, es una celebración de tipo
político, más que social, aunque sea en memoria de un acontecimiento
social ocurrido allá por 1980, cuando los andaluces mayores de edad, (con más
de 18 años), votaron (por la vía del artículo 151) tener una autonomía dentro
del estado español, y como parte de él, pero a su vez, diferenciada.
Haciendo un poco de repaso en historia: Del total de votantes censados (4.430.356) acudieron un 64,2% a las urnas (2.843.820) y de ellos, el 55.42% dio su SI a esa
autonomía.
Con el resultado obtenido, ANDALUCIA, se convirtió en una de las 17 comunidades autónomas de nuestro país, y por ese motivo cada 28 de FEBRERO lo conmemoramos.
Hace ya 43 años de aquello, 43 años en los que, hemos ido asumiendo las competencias que eran del estado español y hemos podido ir
desarrollándolas cómo queríamos que fuese nuestra tierra.
43 años de avances que nos han llevado desde la era manual a la digital. Hoy la bandera blanca y verde, vuelve a ondear en lo más alto de todos los
mástiles de nuestra Comunidad y desde estas líneas, FELICITARNOS.
