jueves, 14 de mayo de 2020

¿Y PARA CUANDO LOS BESOS Y ABRAZOS?.-

Es una gran pregunta, no es una cuestión baladí. No puede serlo algo que tan necesario es para todos. 
No solo quiero hablar de besos de los enamorados que han pasado separados los últimos 60 días; esos con ganas de vivir unidos sus experiencias y sin embargo, les han pillado a cada uno en una comunidad o en una provincia distinta, por cuestiones de estudio o de trabajo y que YA tanto necesitan volver a verse. O porque estando juntos de nuevo, ya no se atreven a ser tan espontáneos, sabedores de lo mucho que se juegan.
No, no solo de esos besos, sino también de los besos tan tiernos, humanos y necesarios de los hijos a sus padres ya mayores y viceversa, o de esos besos de unos jóvenes padres que temen contagiar a sus hijos porque a ellos les han diagnosticado ya su infección por el virus. O del de los hermanos que llevan tiempo sin verse y que pronto podrán juntarse, si se llega a las fases siguientes. O los que cualquier familiar (nietos, primos, cuñados, sobrinos, tíos…) se daban mutuamente al encontrarse. El reconfortante beso y abrazo al familiar mayor que internado en una residencia, vive esperando el momento de la deseada visita . El abrazo de los amigos o el simple apretón de  manos. Eso que era tan habitual, tan de la “ANTIGUA NORMALIDAD”.
Eso hace que nos interroguemos si estamos cerca o lejos de superar esta crisis pues, mientras que los abrazos y los besos no vuelvan a ser hábito en nuestra forma de comportamiento, estaremos muy lejos de volver a ser el tipo de sociedad al que nos habíamos acostumbrado, esa a la que tanto esfuerzo nos costó llegar y a la que tan poco valorábamos y que ahora añoramos  porque de un plumazo, se nos ha hecho olvidar. Y es que este virus, ha puesto en un brete, no solo la economía de un país y a prueba su sistema sanitario y de salud, sino que además, está poniendo demasiadas trabas a la FELICIDAD.
BESOS  Y  ABRAZOS
¡ÁNIMO QUE YA NOS QUEDA MENOS!

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