Palabra tomada del argot taurino, significa
que se acaba con una fase (uno de los tres tercios de la lidia) y se empieza otra.
Qué maravilloso sería si
pudiera hacerse así en la vida real y, ahora mismo YO lo pediría.
Iniciamos la cuarta semana del
mes de Mayo, que a su vez coincide con la décima de encierro, pero con la
llegada de ese buen tiempo que ya va acercándose, nos encantaría a todos poder salir libremente, poder ir con quien
uno quiera a realizar aquellas acciones que tan lógicas y hasta normales
veíamos antes.
Levantarnos, para ir al puesto
de trabajo y realizar esa tarea que nos resultaba tan rutinaria pero que
hoy la echamos de menos; o esa parada a media jornada para el café compartido con
ese o esos compañeros incluso con los que no te hacían mucha gracia, pero cuyas palabras eran también habituales en
esa tertulia.
Cambiar opiniones, hablar de
fútbol o de cómo han crecido los hijos y de lo que el fin de semana pasado nos
ocurrió o nos pasará el siguiente, de lo que la gasolina ha subido y lo difícil
que está el aparcamiento, de cómo suben los precios de todo y no suben nada los
sueldos…y de cómo se ha levantado hoy el jefe.
Otros no tiene que desplazarse
a puesto de trabajo, porque ya tiene bastante con el que realizan con orgullo en su casa,
cuidando de que todo esté bien ordenado y limpio, y de que no falte de nada indispensable en su frigorífico ni en su
despensa y que intercambian también ideas, charlas en las reuniones con los que
están en su misma situación y que desayunan juntos después de dejar
a los pequeños en el cole y antes de empezar la dura y rutinaria jornada
laboral a la que se enfrentan.
También era habitual esa reunión con los vecinos y/o con los amigos
y tomar algo en la terraza de un bar, donde fluía una conversación diferente cada
día que nos hacía oírnos, participar, reír
y en definitiva nos hacía escribir un nuevo capítulo, un nuevo día, del libro de nuestra vida.
Ese cambio de tercio, ya debe
llegar, es necesario para que el festejo pueda continuar y no hacerlo malo o aburrido porque prolongarlo en exceso,
ya todos sabemos, que desluciría una buena faena hasta ahora llevada con
corrección y como mandan los cánones más clásicos para su realización.
Así que ¡CAMBIO DE TERCIO!
¡Y ÁNIMO QUE YA
NOS QUEDA MENOS!
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