Cada día de la semana nos
encontramos una nueva noticia que
nos llama la atención sobre el tema
que todos deseamos no olvidar pero sí
superar pronto, sobre esta pandemia COVID19. Y no me refiero ya a las que
hablan de esas pequeñas pero muy sonadas salidas de la norma por parte de
algunos incívicos ciudadanos, y que nos ponen de nuevo en peligro al resto de
la población, sino que me refiero a las noticias que desde el mismo Centro Nacional
de Emergencias, se generan. Últimamente se han vuelto a cambiar las fórmulas de
recuento para los contagiados o muertos y esta vez algo que parecía imposible,
se ha hecho realidad y de ayer a hoy hay casi 2.000 muertos menos en nuestro
territorio (que no son personas resucitadas). Así no se puede ni investigar ni
ser serio a la hora de interpretar datos e intentar sacar algún resultado, que
por supuesto necesitamos que sea positivo, pero no por cambiar fórmulas de
recuento sino porque la realidad fuese así de cierta. Si no recuerdo mal, a lo
largo de estos 3 meses ha habido ya muchos cambios en las formas de recogida de resultados y de su estadística con lo
que las cifras, han de seguir “cogiéndose con pinzas o con alfileres”. Algún
día, pasado el tiempo, se tendrán que saber los números exactos: los de contagiados tanto analizados
con PCR (siglas inglesas de la reacción en cadena de la polimerasa) o sin ella (test
rápidos), los que han ingresado en hospitales o los que han estado en sus casas
pasando la cuarentena con supervisión telefónica, o los que han fallecido en
las residencias de la tercera edad por no haber podido acudir a hospitales, los
que han pasado a UCIs directamente o después de unos días en plantas
hospitalarias, los que lo han superado de verdad y no solo por alta médica, en fin,
todos los datos, no ya los estadísticos o porcentuales sino los reales y
directos, que serán tan crudos (que ya lo son) como la enfermedad en sí lo es,
pues en este caso cada número, es una persona.
Bueno, pero estamos viendo cercano el final de la pesadilla, estamos avanzando y
esperemos que lo hagamos con pie firme para no tener que dar marcha atrás. Hay
demasiadas familias destrozadas, por ellas y por nuestro bien, pongamos todos
de nuestra parte y hagamos lo que nuestra inteligente conciencia nos dicte y
por supuesto, lo que las autoridades sanitarias indiquen. ¡CUIDÉMONOS!
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