sábado, 11 de julio de 2020

TRANQUILIDAD Y QUIETUD.-

Nuestras calles de las ciudades andaluzas de nuevo están desiertas, tranquilas y con una quietud y calma asombrosa, pero esta vez el motivo es uno bien distinto al que allá por abril teníamos. Hoy es el sofocante calor el que se encarga de recluirnos bien temprano en casa y hace que algunos comercios tipo pescaderías o incluso carnicerías tengan vendidos sus productos a media mañana. Este calor un año más, nos hace recordar el año pasado y el anterior y el “que yo recuerde”, pues es inevitable la comparación de los grados que hoy hacen con los que hicieron. Aunque la charla dé para un rato de amena y comparativa conversación y actualización de recuerdos, es fácil que siempre lleguemos a la misma conclusión "como este año, como este ninguno”.
No vamos a decir si llevan a no razón los que así opinan, pero lo cierto es que cada año nos acostumbramos a soportar algún grado más de temperatura que el año anterior y eso hace que cada vez, nos parezca (incluso sea cierto) que cada año es más asfixiante el calor veraniego. En ciudades andaluzas, cuando alguien habla de más de 44 grados a la sombra, siempre nos viene el recuerdo de lo bien que se estaría en la playa, debajo de una buena sombrilla, sobre una confortable hamaca plegable y bien pertrechados en nuestra nevera con la bebida refrescante que más nos guste, acompañada con esas aceitunas sabor a anchoa (cercanas a la mar) y una buena bolsa de patatas fritas (ahora le dicen chips) con nuestras gafas de sol (se siguen llevando las de espejo) y el correspondiente embadurnado de crema protectora factor 30 o superior, que no está el sol para darle ninguna oportunidad a que nos queme la blanca piel invernal de confinamiento. Sea como fuere, ¡hoy me parece a mí que hace más calor que el año anterior por estas fechas! Ahí lo dejo.

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