Bueno, pues
empieza septiembre y con él , suele venir aparejado el final del período
vacacional de la mayoría de los trabajadores y el inicio de un nuevo “curso”,
no solo educativo sino de todo tipo.
Retomar la
actividad laboral, es un objetivo
que suele traer consecuencias psicosociológicas para el trabajador que se
incorpora a ella. Es duro volver a
dejarse someter de nuevo por la tiranía de un reloj que inexorable, marca el ritmo al que hay que empezar a
moverse.
Se hace difícil
madrugar, saltar de la cama y rápidamente, tras un café ligero, ducha y
vestirse para realizar el camino que nos separa de nuestro puesto profesional. Llegar, y
reencontrarnos con los compañeros y observar que apenas nada ha cambiado, que si se
echa en falta algo este año, es a
algún compañero o compañera que ha sido atacado por el virus y aún no está
repuesto del todo y anda guardando
cuarentena en su casa. Tras el saludo general, la rutina y hasta la pausa del café, nada que comentar,
en ella todos explicamos lo bien que
lo hemos pasado, unos en la más cercana playa, otros se han aventurado y se
fueron más lejos, incluso hay quien salió al extranjero, a pesar de las múltiples
restricciones que ha habido, pero raro es el que no dice, “que pena que ya se
haya acabado, yo me volvería a ir otra
vez”.
Y es que sin duda, el tiempo de vacaciones, de relax,
del no sometimiento a reloj alguno, del de comidas fuera de lo habitual a los paseos tranquilos, a la lectura bajo un buen árbol frondoso
de amplia sombra o bajo el cerco de sombra que una simple sombrilla de playa
nos proporciona, a esa fresca cerveza
de mediodía con su correspondiente “espeto”
de sardina (en el chiringuito), a la caminata
deportiva mañanera para no encontrarnos con mucha gente o la simple mirada al horizonte infinito
desde nuestra hamaca playera con el rumor
de las olas como música de fondo, es algo que dura en nuestra mente y que
por tanto es difícil de olvidar de la
noche a la mañana. Por ello, ya hay quien pide unas vacaciones para
recuperarse de las vacaciones y unas jornadas para adaptarse al trabajo. En fin,
RETOMANDO, los hábitos y las
rutinas.
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