Yo recuerdo que cuando niño, (como
salía a las 12.30 de la escuela, ¿recordáis?) mi madre me mandaba a veces a comprar el PAN, era algo fácil pues
llegabas a la panadería y pedías “una telera y 4 vienas” y tras ponerlas en esa
bolsa de tela (talega) que todo el mundo llevaba para comprar el pan y que no era
fácil confundir con otra porque ocupando
todo el espacio de uno de sus frontales ya ponía bien claro cuál era su uso “PAN”
y en el otro frontal, bordado o bien pintado a modo de serigrafía inconfundible
unas piezas de pan dibujadas dentro de
una canasta de mimbre. Volvías a casa sabiendo que ese día todo el mundo
comería el pan de cada día. Las teleras y las vienas junto al pan de cantos o
al medio pan, eran las clases de piezas que podías comprar. Hoy, las cosas han
variado un poco y si alguien ha de ir a comprar pan, en primer lugar sabe que
no es necesario ir a una panadería, pues hasta en una gasolinera puedes
comprarlo, y en segundo lugar pero no menos importante llevar una lista de
deseos pues, hay tantos tipos de pan
como gustos puede haber y abundan y están de moda aquellos que se hacen con
otras semillas que no son de trigo y su harina, y encontramos de lino, de
centeno, de espelta, de maíz, de soja, y que según su elaboración pueden
haberlos también de payés, de mollete de Antequera, pan candeal, de chapata,
integral, de especias, baguette… En definitiva, que hoy hay donde escoger y que
el producto estrella de la mesa a la hora de la alimentación, se ha
diversificado tanto que cada uno de
nosotros puede encontrar el que más le guste, aunque los que ya estamos
acostumbrados a la telera y a las vienas cada vez tenemos más difícil comprarlas
pues “la baguette” precocinada y congelada se ha adueñado del mercado, rápida y
económica llegan a verse letreros de hasta 5
baguettes por 1€. Y en otros muchos hogares hoy el pan, se
ha desdeñado de la oferta culinaria en aras a la conservación de la silueta y
de la dieta. Y ahora volvemos a oír noticias sobre que el pan debe ser el
elaborado con masa madre (mezcla de
harina y agua a la que se deja fermentar por las bacterias y los microorganismos presentes en el aire por un
tiempo mínimo de 12 horas. Volveremos al pan de lenta fermentación y elaboración
artesanal.
lunes, 10 de agosto de 2020
PANES.-
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario