sábado, 2 de enero de 2021

PRIMERO DEL 21.-

No es difícil titular hoy este escrito. Empiezan los nuevos 365 días que han de dar la vuelta a la situación tan extremadamente difícil que estamos viviendo, o al menos eso es lo que todos y cada uno de nosotros necesitamos creer.
Ya estamos bastante hartos de ver que a pesar de las limitaciones que nos ponemos tanto en las reuniones sociales, como en las salidas a lugares públicos, a pesar del continuo respirar con mascarilla, de dejar distancia suficiente entre unos y otros en cada una de las acciones que realizamos, del continuo lavado de manos y a pesar de poner en práctica todo lo recomendado, vemos con estupor que los contagios no paran, al contrario, siguen aumentando y con ellos, las hospitalizaciones y los ingresos en las Ucis.
Pero también está ya muy cerca la posibilidad de vacunación generalizada, esa que nos dará la inmunidad que deseamos para poder afrontar con cierta tranquilidad esa nueva “ola” que se anuncia, del virus ya mutado y más contagioso aún.
Año 2021, año de la ilusión y la esperanza. Así podríamos titularlo. Ya se han vacunado los primeros españoles, los más castigados, los más necesitados de protección: nuestros ancianos, nuestros mayores, esos que ya han superado otras pandemias incluso otras guerras. Junto a ellos, los que se encargan de su cuidado, si están en residencias. Algunos síntomas de efectos secundarios han aparecido en los vacunados; poco notables parece ser y no más graves de lo que cualquier vacuna puedan acarrear.
Empieza el año de la felicidad, la que nos produciría el sabernos libres de esta “Espada de Damocles” que hoy nos amenaza.
Primero del 21, hoy es un post lleno de pensamientos positivos y sueños. Como para todos, espero. ¡Vamos a por ellos!

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