jueves, 24 de septiembre de 2020

VERANILLO.-

Se acerca el último fin de semana de septiembre y dos día después la onomástica de San Miguel y, como no podía ser de otra manera, el famoso dicho del “veranillo de San Miguel”. ¿A qué nos referimos con ello? Pues no es difícil de comprender que con esa expresión todo el mundo entiende que tras unos días de inicio de otoño que por lo general suelen ser fríos y lluviosos, acercándose esta festividad, suele haber un repunte de las temperaturas que incluso llegar a traer consigo un calor casi veraniego. Es lo que habitualmente viene ocurriendo desde tiempo atrás y por tanto es lo que debemos esperar para este año también. Ni siquiera este virus va a poder cambiar ese aspecto de la marcha de la naturaleza que tan acostumbrados nos tiene (reitero) a que tras un verano caluroso llegue un inicio de otoño frío y lluvioso; en algunos lugares ya tiempo de manga larga y paraguas, y que como si de un paréntesis se tratara, deja paso a una semana de nuevos cielos despejados  y temperaturas altas que nos obligan de nuevo a sacar la manga corta y  a esperar a que definitivamente el otoño con sus lluvias, vientos y fríos nos recuerde que entra una nueva temporada, esa tan temida por nuestros mayores, la que podríamos llamar “otoñovierno”, que suele ser estación complicada cada año para ellos con la llegada de los resfriados y las gripes que algunos no logran superar pero al que hay que sumar una nueva amenaza éste. Esperemos que todo quede en  lo que nuestro refranero también dice: “Mucho ruido y pocas nueces”. Sea como sea, yo hasta dentro de unos días no guardo mi ropa de verano y espero a que el “veranillo de San Miguel”  me la deje aún poner.

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