Parece ser que fue el mismo Jesucristo quien pronunció una frase similar al
reprocharle a su apóstol Tomás que no
creyese en su resurrección y que éste hubiese pedido como prueba, poder “poner sus dedos en el
lugar de los clavos y su mano en la lanzada del
costado”. Hoy, cuando se dice eso
se quiere expresar también que hay cosas
que aun viéndolas son difíciles de creer. Pues bien, a esa parte me
refiero, a lo difícil que resulta creer que todavía se puedan reunir grupos de
hasta más de 300 personas para
celebrar una fiesta o un botellón y hacerlo sin mantener ningún tipo de protección contra el virus, ninguna de las que son
obligatorias y de las que se están intentando que eviten el permanente contagio
en ascenso que estamos incrementando. Sería
fácil decir que es que no las conocen, que
no saben que hay que mantener la distancia mínima de metro y medio y que
hay que ir con mascarilla, que ellos no han visto las noticias y que por tanto,
no se han enterado. Sabemos que no es verdad, hoy ya, todo el mundo sabe que las reglas de las 3 emes, son necesarias más
que obligatorias, que también son. No hay explicación, ni para eso ni para ir
haciendo convocatorias por algunas redes
sociales para realizar este tipo de fiestas. No sé qué puede haber de
interesante o de estupendo en ello pero
sí creo que se deberían de anular ya ese tipo de reuniones, antes de que de nuevo
nos veamos abocados a una vuelta atrás en lo conseguido y de nuevo la reclusión
sea la opción para frenar el avance. Antes de que de nuevo las UCIs se llenen
de pacientes y la sanidad vuelva a colapsar. Lo dicho “ver para creer”
domingo, 13 de septiembre de 2020
VER PARA CREER.-
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