sábado, 6 de junio de 2020

MASCARILLA Y RESPIRAR.-


Se va acercando la calurosa estación veraniega y las mascarillas ya son parte de lo que nos acompaña en nuestro atuendo diario, se han convertido en el complemento  más necesario, pues de su uso depende en gran medida nuestra SALUD. Visto así, las mascarillas son algo muy valioso pero, a pesar de ello, presentan el gran  inconveniente de que nos hacen sentir la falta la respiración, la dificultad para hacerlo a través de sus filtros o capas. Es verdad que han de llevarlas para impedir la entrada del virus, pero a pesar de eso, son bastante molestas, y no ya solo por la falta de entrada de oxígeno, sino también por las gomillas de sujeción, que hacen que todas las orejas, se venzan hacia adelante y empiecen a parecer diferentes a como en realidad son, esperemos que no se convierta en un cambio evolutivo que nos vuelva a acercar de nuevo a los primates. Bromas aparte y retomando el tema, las mascarillas hacen sentirnos prisioneros y por ello nos hacen sudar y que nuestro corazón aumente su presión arterial y acelere sus latidos. Si a eso que ahora nos ocurre ya, le sumamos un aumento de unos 10 grados de temperatura, propios del verano, el resultado puede ser INSOPORTABLE. Llevaremos la mascarilla, pero cada vez habrá más personas que opten por no llevarla, o por ir con ella colgada del brazo, como se aprecia ya. En definitiva, la mascarilla es una medida de precaución y de salvaguarda, pero sin duda, que también es una incomodidad más añadida a nuestras rutinas o hábitos diarios. Claro que quién sabe si con esto doy pie a que se fabriquen unas mascarillas con un diseño mejorado y más liviano que nos permita sentir sensación de no llevarla puesta.
El tiempo lo dirá. El verano, ya está aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario