No dejo de sorprenderme cada día más, aún estamos en
pleno intento de estabilizar esta segunda ola de la pandemia y sin solución de
continuidad, ya se empieza a hablar de la tercera ola.
¡Que no hay posibilidad de dejar de hablar un cierto
tiempo de esta lacra!
A dos días de un puente de fiestas que
tradicionalmente hacía que muchas personas lo aprovechasen para desplazarse a
lugares deseados, estamos esta vez pensando y deseando que la movilidad se
reduzca a lo mínimo posible, porque aún estamos sufriendo un alto índice
de mortalidad en casi todas las
autonomías y haciéndose mucho más llamativa en Andalucía, que no parece que
dobleguemos esa famosa curva estadística de fallecidos. Parecíamos ir bajando
en el número de contagios y sin embargo, un nuevo repunte nos está poniendo al
borde del precipicio, y haciendo pensar a nuestros dirigentes en la necesidad
de seguir recomendando que nos confinemos y cerrando
cualquier posibilidad de desplazamiento que no sea el interno y restringido en
nuestro municipio de residencia habitual. No,
no sería bueno dejar movilidad libre en estos días de fiesta, no
mientras que no estemos en unos índices de contagio mínimos, pues de
permitirlos, estaríamos poniendo muy en peligro las posibles pequeñas reuniones
familiares que las próximas fiestas de navidad pueden ofrecernos.
Hoy aún tenemos 1.381 infectados nuevos y han fallecido
69 andaluces, Y en España son 10.127 y
273.
Estaría bien permanecer estos días en casa para
poder al menos cenar padres e hijos en Navidad, pero no “por salvar la Navidad”
como dicen ciertos sectores sociales, sino por...
“POR SALVAR MÁS VIDAS”.
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