sábado, 12 de diciembre de 2020

¿CABEZA?.-

Se han dictado ya las normas que han de regir para las reuniones y celebración de la navidad de este año, de ésta navidad tan especial.
Al menos, se respetará la reunión de familias, eso sí, habrá aún que determinar el número de comensales a la mesa, aunque todo hace presagiar que  media docena será lo más prudente. 
Es sin duda una buena noticia si la unimos a que en espacios abiertos y terrazas de bares al aire libre, durante el día, se podrán sentar en distintas mesas, más de ese número y a una distancia no tan lejana como para no poder comunicarse entre ellos. 
La idea de la cena de  Nochebuena con familiares, insisto, después de tanto tiempo sin poderse ver, parece muy acertada y que eso mismo pueda repetirse en el día de Navidad y de Nochevieja, también es muy digna de aplauso.
Hasta aquí lo positivo de la noticia, pero como si de  una moneda se tratase, la otra cara la ocupa lo negativo.
No está bien pensado la idea de que los desplazamientos entre las comunidades se vayan a poder realizar solo a partir del día 23. ¿Alguien ha pensado de verdad en la cantidad de problemas que puede reportar ese día? ¿Por qué no se ha hecho de modo gradual, de manera que haya varios días antes de la Nochebuena, para poder desplazarse? ¿Se ha pensado en la cantidad de viajeros que pueden acumularse en las estaciones tanto de trenes (AVE) como de autobuses? ¿Qué distancia de seguridad, se podrá mantener? Y las autovías, ¿Qué cantidad de vehículos desplazándose casi a las mismas horas y a lugares similares? Con el consiguiente riesgo de accidentalidad. ¿No es mejor que desde el día 18 se pudiesen realizar esos viajes, por parte de quien pudiera y así ir descongestionando el día 23? 
Lo dicho, esta nueva  normativa, que parece tener muy buena  cara puede que también tenga escondida su cruz. Claro, que si después se incrementa el número de contagios, seguro que la culpa será de las reuniones familiares.


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