Comienza esta semana con la llegada de una borrasca de esas que tienen nombre propio por lo
que de especial traen. Ésta en concreto viene cargada de lluvia y con una cantidad y velocidad de aire que a punto está de llegar a
convertirse en vendaval. De hecho, llamarse Bárbara, ya implica algo de lo superlativo de su poder. Pues bien,
con ella llegan los litros de agua necesarios para empezar a recuperarse los
pantanos de nuestro territorio y con ello se alejan las posibles restricciones
a los agricultores y al campo. Bárbara trae daño y vida, como las dos caras inseparables de una moneda. Ya las riadas han
empezado por la provincia de Huelva y algunas inundaciones dejan una huella
indeleble de su paso. Pero dije que comienzan aires de cambios y así es sin duda, cuando junto al incoloro, inodoro e insípido líquido, se le une la llegada del frío, se augura el final de un corto otoño que
apenas ha durado un mes, desde que comenzara el 21 del pasado septiembre y
aunque hasta el 21 de diciembre no acabará su ciclo, lo cierto es que cada vez
las estaciones del año parecen disfrutar saltándose los períodos estipulados. Así que lo más
normal es que el invierno se adelante y ese sea otro cambio de los
que acontecerán. Sea como sea, sí hay algo que cambiará, y ese algo es LA
HORA, cambiaremos en la madrugada del sábado al domingo y atrasaremos nuestros
relojes una hora, como si se estuviese empeñado en prolongar aún más esta etapa
tan nefasta de nuestra actualidad. Lo dicho: “Aires de cambio”.
martes, 20 de octubre de 2020
AIRES DE CAMBIOS.-
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