Ayer mismo hemos sabido que, un grupo de investigadores de los hielos polares y su posible deshielo por el cambio climático, han anunciado que el mar puede llegar a subir de nivel unos 20 metros de aquí a fin de siglo. O lo que es lo mismo adentrarse más de dos kilómetros en determinadas partes de las costas. (¿Se imaginan dos kilómetros tierra adentro en los litorales de nuestra querida Andalucía? Y sus paseos marítimos, chiringuitos, zonas de servicios, bloques de apartamentos y pisos y negocios…)
Esto me lleva a pensar que hace unos años, aún se vendía como una magnífica inversión la adquisición de un apartamento o piso en primera línea de playa. Y que muchos ciudadanos del mundo, no solo españoles, se apresuraron a elevar los precios para adquirir el preciado bien. Pretendían, pagarlo a base de alquileres semanales o quincenales en temporada alta de baños -es decir en verano básicamente-, disfrutarlo personalmente, en el resto del año y de paso, ¿por qué no? dejarlo en herencia a su prole. Cuanto más en primera línea de playa estuviese mejor y más caro. Pues bien, hoy ese sueño se va alejando con esta noticia, aunque también es cierto que hablan que ocurrirá a fin de siglo y como decía nuestro refranero:”de aquí a cien años, todos calvos”.
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