martes, 1 de marzo de 2022

Y AHORA…UCRANIA.-

Allá por el año 1.555, hubo un personaje, del que seguro que muchos hemos oído hablar; fue un médico, matemático, astrólogo, filósofo y alquimista francés (en fin, conocedor de una amplia variedad de saberes), al que se le atribuyen una serie de predicciones, recogidas en su libro “PROFECIAS” (Les Prophéties) de Michel de Nôtre-Dame, aunque es más conocido como NOSTRADAMUS
Al ser su obra poética, y estar muy plagada de metáforas, la actualización de ellas, puede tener mucho de subjetivismo de quien las trascribe, no obstante, parece ser que su nivel de acierto, es bastante considerable, por lo que podemos al menos, dar como posible, alguna de sus palabras.
Dicho esto, se dice que para este año predijo entre otras cosas: una gran sequía, la muerte de un gran personaje o rey, la crisis económica mundial, la posible caída de la idea de unión europea, la guerra o asedio de una gran ciudad…
Aquí es donde hay que detenerse y pensar, si se referiría a la que desde hace unos días tiene al mundo en vilo, en el  intento por parte de Rusia y su mandatario Putin,  de conquistar y anexionarse el estado soberano de la República de Ucrania a su territorio.
Quizás, esta vez, Nostradamus acertara y la guerra demuestre que llevaba razón en otra de sus profecías, aumentando  así su credibilidad como futurólogo.
Pero lo que sí que es verdad, es que con el ataque de Rusia a Ucrania, todo el Planeta está en actitud de vigilancia y guardia, pues, el marco del  actual equilibrio, de la actual paz, está en que nadie de un paso en falso, en que nadie ose tomar una iniciativa que haga que el resto de países se alineen en uno u otro lado del tablero de juego  porque este tablero de juego, es de juego mortal.
La guerra nuclear, pende en el aire y sus consecuencias se saben tan devastadoras que darían lugar al final de una civilización. Ahora, en verdad, es la hora de demostrar que el trabajo político y de concordia y diálogo de las instituciones superiores, sirven para mantener la calma y restaurar el equilibrio necesario.

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