Hace ya bastante tiempo que nos hemos acostumbrado a
consumir, un tipo de frutas que eran desconocidas hasta hace poco por estos
lugares.
Recordaremos que en nuestra comunidad, hasta hace poco
tiempo, las frutas típicas eran: las
naranjas (tanto de zumo como de mesa), las uvas, los melones, sandías,
melocotones, ciruelas, albarillos, membrillos, peras y manzanas, mandarinas y
clementinas, dátiles, plátanos, madroños, piñas, brevas, higos, cerezas. Eran
las frutas más habituales en nuestros postres.
Hoy, la gama
de frutas donde elegir ha crecido aún más y se han incorporado muchas de las llamadas frutas tropicales, que se adaptan perfectamente a nuestra climatología
y a las que ya tenemos como propias también; podemos nombrar al mango, la papaya, la chirimoya, el kiwi, la
guayaba, el aguacate, el mangostán…otras son tan exóticas que apenas si se venden en las fruterías, y solo se encuentran
en alguna más selecta: phisalis, pitaya, litchi, kumquat…
Nuestro clima mediterráneo ha hecho que en zonas de la
costa granadina y también de la Axerquía malagueña, se encuentren muy bien
adaptadas, plantaciones de estos nuevos frutales, tan desconocidos hace apenas
20 años, pero a su vez, hoy tan integrados en nuestra ingesta cotidiana.
Muchas son las variedades frutícolas que nuestros campos
nos ofrecen y sin duda, muchos los nuevos
sabores que aún nos quedan por descubrir. No solo los que cultivamos en
nuestro territorio, sino que desde lugares más remotos, también podemos
degustar, al estar el comercio internacional tan implantado en nuestra sociedad.
Ahora con la llegada de la primavera y verano, las frutas son tan necesarias como un
buen gazpacho.
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