martes, 9 de febrero de 2021

PENSANDO.-

¡Seguramente que no es solo a mí a quien le pasa!
Estoy convencido de que a todos, en algún (algunos) momentos de nuestra cotidiana vida, nos ocurre que aunque estemos rodeados de gente, sin saber por qué ni cómo, es como si nos quedásemos fuera de esa dimensión, de esa escena y perdiendo el sentido de lo que estamos haciendo, pasamos a otra diferente. No es que perdamos la consciencia no, es solo como si se impusiese un aislamiento a esa cotidianeidad y nuestro pensamiento, nuestra psique, volase fuera y pensase y viviese una experiencia alucinante que en nada tiene relación con la realidad.
Pensar durante unos segundos, incluso algún minuto, en algo que no es real, que apenas si recordaremos después, cuando volvamos de nuevo a la realidad, a dejar de estar en esa otra dimensión paralela, hace que nuestros oídos, dejen de oír, nuestros ojos dejen de ver y el resto de nuestro cuerpo vuele junto a esa nube etérea que es la encargada de transportarnos al otro lugar que oteamos como si de un “dron”  nuestro cuerpo, se tratase.
Estamos, e incluso como si de una música de fondo se tratase, oímos a los que nos rodean, pero, no les prestamos  atención a sus palabras, porque nuestra mente está en otro lugar.
Sí, seguro, os ha pasado a muchos más, no solo a mí.
Pensamos y con ese pensamiento, nos ausentamos y perdemos la noción del tiempo y el lugar en el que estamos. Pero volvemos y con un simple gesto de asentimiento, seguimos la conversación real y olvidamos casi por completo lo que durante ese pequeño lapsus, hemos pensado, vivido ¡o quizás soñado!.

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