Singulares matices
tiene septiembre.
El aire fresco de la
mañana nos recuerda que, ya queda atrás la penosa canícula que en estas tierras
nuestras nos acompaña y …a veces, hace insoportable las tareas cotidianas, obligándonos
a buscar lugares de playa, montaña u otras zonas donde el clima nos permita
sosegarnos y disfrutar de todo aquello que la naturaleza nos brinda.
Los colores ocres,
rojizos, verdes y amarillentos que visten el paisaje, nos ofrecen espectáculos
vespertinos rebosantes de luz cálida y suave que invita a la paz y a la calma
después de una jornada llena de actividad…
Por otro lado, el
comienzo del curso escolar añade al mes un carácter especial, convirtiéndolo en un marcador del tiempo entre el antes y el después…horarios
diferentes, nuevos hábitos, actividades programadas que organizan el día a día
de los niños (colegio), jóvenes (trabajo , estudio) y de mayores ( abuelos con
nietos) sin que por ello dejemos de disfrutar del otoño que se acerca lento y
sin pausa, mostrándonos su maravilloso
escenario lleno de luz, aromas y atardeceres inigualables.
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