miércoles, 1 de mayo de 2013

PRIMERO DE MAYO.-

Hoy es una jornada mundialmente celebrada. Si bien es cierto que cada país  lo hace por diferentes motivos, no es menos cierto que les une el nomenclátor de “Día del trabajo”. Pues bien, hoy más que  nunca, creo que es un anacronismo denominarlo así. ¿Día del trabajo, cuando en España, hay más de seis millones de personas en el paro y en Andalucía solo, un millón y medio? No, no debería llamarse así. Hoy (¿festivo?) deberíamos pararnos a pensar un poco más de lo que lo hacemos a diario, y llegar a intentar comprender, porqué, dadas las excepcionales circunstancias por las que atraviesa nuestro país, no se llegan a poner de acuerdo los grandes partidos políticos (gobierno y oposición)para desarrollar prioritariamente, no ya un programa de partido y concurrencia a unas elecciones generales, sino políticas enfocadas, solo y exclusivamente a la creación de puestos de trabajo, con el único objetivo de crear empleo y recuperar el consumo y por ende, la maltrecha economía de nuestras arcas, tanto públicas como privadas.
Ya, ya sé que  será eso lo que pidan los miles de manifestantes que hoy han sido llamados a concentraciones y manifestaciones por todo el país, bajo el auspicio de las centrales sindicales, pero no por ello, vamos a dejar de pedirlo, en cualquier foro y a cualquier instancia, a ver si, aunque sea por cansancio, estos políticos que nos gobiernan y los que se oponen a ese gobierno, llegan a entenderse y se ponen a trabajar, en serio, sin reproches de uno u otro bando (ya habrá de nuevo tiempo para entretener al pueblo con esas “peleillas” de palabras) en la búsqueda de unas soluciones a los verdaderos problemas que afectan a todos y cada uno de los que nos llamamos españoles.
Lo dicho, para mí, de fiesta, hoy, nada de nada, más bien una jornada de luto, y,  24 horas de silencio sería  mi propuesta.

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