ORGANISMOS

Muchas veces me he preguntado por el por qué de tantos organismos públicos, el por qué  del mantenimiento de tantos y tantos edificios (algunos de ellos inmensos) y el por qué el enorme gasto que ello representa y la de mareos y quebraderos de cabeza que al ciudadano les dan.

Sabemos que desde que la política democrática se desarrolla en nuestro país, han ido pasando miles de personas que han ostentado la representación que las urnas le han otorgado, pero, lo que hasta aquí parece lógico, pierde todo su ser cada cuatro años, cuando, cambiando las listas electorales, quedan fuera de esa representación “figuras políticas” que hay que seguir manteniendo en algún órgano y, que no sea de menor categoría , por lo que si no hay, se inventa el organismo a medida de la figura que ya no es política (de representación directa, elegida), sino que el “partido” cree conveniente mantener en algún cargo en el que sea capaz de desarrollar una política acorde con sus ideales y de mantener el estatus que adquirió, tiempo atrás.

Esto es lo que el pueblo llano llamamos “cementerios de elefantes” y a los que, con la crisis que hoy atravesamos, habría que empezar a disolver y empezar de nuevo a desarrollar una administración, en donde lo político solo sea lo legislado y los FUNCIONARIOS PÚBLICOS (tan denostados en su labor), vuelvan a hacerse cargo de sus funciones, para la cual, OPOSITARON y obtuvieron plaza.

Cuando hablo de FUNCIONARIOS, digo bien, y no quiero confundirlos ni mezclarlos, con TRABAJADORES PÚBLICOS, a los que también habría que ir eliminando de la administración paralela que se creó.

ORGANISMOS EFICACES Y EFICIENTES.

Es tiempo de ahorro, no de seguir dilapidando el dinero público, de todos, que tanto trabajo nos cuesta ganar a todos. Pero se ve, que lejos de ello, se siguen creando cada día alguno  más. ¡País!