Aún ¿hay quien
piensa que lo del cambio climático
era una broma o una mentira para amedrentarnos
y que empezáramos a reciclar y a cuidar más de nuestro planeta.
Pues está claro que no, no era sino toda una verdad sobre lo que poco a poco va sucediendo.
En este mes de Junio ya hemos tenido una doble ola de calor, de esas que dicen históricas, porque es de las que
alcanzan más altas temperaturas de
las que se tienen registros recogidos.
Pasar de los 40
grados (ya hemos superado los 43) de temperatura en estos inicios de mes ya
es sintomático de lo que nos puede
esperar en los meses de máximo apogeo (Julio y Agosto).
Ya hace años
que alguien me comentaba que Andalucía
iba a una desertización similar a la del centro de África y que ese aumento
de las temperaturas nos harían pasar días de absoluta dificultad
respiratoria, debido al extraordinario
calor seco que habría en las calles y que como estas no tenían apenas vegetación alguna que ayudase a mitigar algunos
de estos grados, sino que al contrario, las calles asfaltadas y el exceso de
baldosas en los acerados, contribuirían aún más al aumento de esa bochornosa sensación.
Ahora, es cuando más en falta se echan los parques y jardines, esos que
debería haber en cada barrio y que permitiesen cierta sensación de un menor
calor, de una refrescante brisa o de una temperatura refrescada por la humedad
del riego de sus plantas o árboles.
Parques muy necesarios,
a pesar del inconveniente del consumo de agua que va paralelo a
ellos.
Hay que apostar por un tipo de ciudad y en ella, se tiene
que ver con abundancia, parques que nos ayuden a protegernos del terrible calor que proporcionan los espacios no
verdes sino grises, habituales en la ciudad.
El cambio climático es una realidad, pero hemos de ir
intentando e inventando para ello, soluciones.
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