Un encuentro fortuito, una caída fatal, la concepción de
aquel hijo que no esperábamos ya, dos almas que se enamoran, un premio en un
juego de azar… todo ello ¿nos ocurre por pura casualidad?
Sin embargo, hay veces en que todo parece estar sincronizado,
preparado, regido por una causa, que nos domina y que maneja nuestra vidas
sin que podamos modificar ni un sólo
ápice de esa realidad.
Si es la causalidad , tan
poderosa e inmensa, nuestro destino sería inamovible y el azar no tendría
cabida, pasaría lo que tuviera que pasar.
Si es la casualidad, a veces se presenta
maravillosa, otras hostil y adversa.
Dos términos que suenan y se escriben diferentes pero con un mismo resultado inexplicable…LA
VIDA.
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