jueves, 3 de noviembre de 2022

VIDA DE CONTRADICCIONES.-

Últimamente van apareciendo en nuestra vida en sociedad, más productos de consumo y cada día, más consumidores se suman a ese consumo de productos novedosos, a pesar de que nadie les diga que sean mejor o peor, solo por el hecho de ser muy novedosos unos, o por el espíritu de la contradicción que desde pequeños tenemos todos los seres humanos (todos recordaremos cómo cuando nuestros padres nos prohibían algo, nosotros deseábamos poder hacerlo, solo por llevar la contraria).
Pues bien, ese mismo espíritu de la contradicción o de mezclar los contrarios en una amalgama que pueda parecer realmente atractiva, es la que parece que hoy los publicistas utilizan para la venta de esos productos que, al menos  a mí, me resulta contradictoria su publicidad.
Vivimos tan inmersos y tan rápido, que parece que no nos paramos a pensar en ello, pero, por poner algunos ejemplos que expliquen lo que deseo trasmitir, empezaré por el café descafeinado es decir, un café al que se le ha quitado la esencia que le es propia, la cafeína. Una cerveza sin alcohol, una leche sin lactosa, una leche de avena o de soja (cual si estas plantas se tratasen de animales con capacidad de alimentación a seres mamíferos) pronto nos venderán una leche deslechada…
Pero no solo a la alimentación llegan las contradicciones, sino que también podemos verlo en los avances tecnológicos de última generación de los vehículos, que llegan a proporcionar un caballaje inmenso, para una extraordinaria potencia y mientras tanto, se rebajan los límites de velocidad y se inventan, en las ciudades,  las zonas 30. Una amplia red de carril bici para que los, aún pocos ciclistas, se dediquen a ir por medio de las calles o por las aceras…
En fin, es difícil imaginar que sería de nosotros sin este tipo de productos, es decir, tomando café con su carga de cafeína; leche de vaca o de oveja o de cabra, pero leche, entera, tal y como se produce; una cerveza fría con su graduación alcohólica de entre un 4 y un 6%; un jamón, jamón y no york…
Bueno pues sí, cada uno de nosotros sabe la respuesta (recordemos cuando el aceite de oliva pasó a ser de los más perjudicial para la salud y  hoy, de nuevo, es ya de lo más saludable  formando parte de la dieta mediterránea, tan alabada ahora por la Unión Europea)  contradicciones, ¡las menos posibles!

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