Nadie debe pensar
que estamos volviendo a aquellos tiempos en que existía la llamada cartilla de
racionamiento (que por cierto yo no las conocí, porque dejaron de funcionar en
el 1952) no, por favor, sino que es la acepción segunda de este verbo, el que
nos dice que racionar consiste en “limitar
la cantidad de algún producto que pueda adquirirse”.
Y ¿por qué este post?,¿por qué hay que racionar?. Yo
añadiría que racionar es aplicar la
razón, la lógica a los hábitos diarios. Nos están llegando noticias, de que no solo vamos hacia un
apagón general, sino que además, empiezan a faltar determinados artículos de uso diario que al tener que venir
de otros países y habiendo estado en falta
de producción, están teniendo problemas para volver al ritmo de abastecimiento
que tenían hace un año.
Todos recordamos aquello de que cuando nos dijeron que
tendríamos que estar encerrados en nuestras casas unos pocos de días, hubo una
verdadera avalancha de compras de papel
higiénico, que llegó a agotar las existencias en muchas cadenas de
supermercados pero que por supuesto, no agotó la producción, solo había que
esperar al día siguiente a que se repusieran las estanterías con nuevo
material; pues eso mismo parece ser que está ocurriendo con algunos otros
productos en estos momentos y en las noticias televisivas se refieren, entre
otras a la ginebra, ello ha hecho ya
una reacción que era de esperar, la ginebra (unas determinadas marcas) falta ya
en muchas tiendas, porque hay clientes
que han hecho acopio, por si acaso se acaba, lo que a su vez, ha servido de
magnífica excusa para subir su precio,
dado que la demanda, parece ser que se ha disparado también.
Pues si eso está ocurriendo, es ahora donde tiene cabida este post, hay que RACIONAR, hay que “echar
cabeza”, aplicar el raciocinio,
aplicar esa facultad que nos permite aprender a entender y tomar decisiones para saber que los productos, seguirán
llegando, eso sí, quizás no hoy ni mañana, sino que haya que esperar algunos
días más. Luego comprar sí, lo necesario, pero ¡no hacer
acopio! Pues con ello contribuimos a la sensación de que se acaban las
cosas y damos pie además a una subida de precios que en nada nos beneficia como
consumidores.
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