PIN PARENTAL.-

Bueno pues como decía el otro día alguien: “si me equivoco tres veces con el pin parental, ¿dejaré bloqueado a mi hijo o hija?”

Bromas aparte, malos aires están corriendo de nuevo en la educación de nuestro país cuando, levantamos polvaredas en la discusión de si se debe o no tener autorización de los padres, para determinadas actividades complementarias que se realizan en las escuelas y que se imparten a unas edades quizás demasiado tempranas para el contenido a desarrollar.

Llueve sobre mojado, ¿recordamos las discusiones anteriores en torno a los contenidos de la materia “educación para la ciudadanía”?  Y sobre el derecho de los padres a elegir si su hijo recibían clases de religión o de ética.

Siete reformas educativas ha habido ya en España, desde que la democracia se instauró y aún no hemos sido capaces de unificar los criterios sobre lo que se debe y lo que no se debe enseñar en las escuelas públicas de nuestro país.

A los gobernantes, les pediría que su control sea para  el derecho de igualdad y de acceso así como al de enseñanza individualizada  de todo el alumnado junto a ello, a  recibir el mismo tipo de educación en todo el territorio, para que sea general y básica en sus contenidos , sin olvidar que lo importante es saber leer con  la debida comprensión y escribir con total corrección ,junto a las matemáticas básicas y de lógica, para poder así  colocar  a nuestros alumnos, no en el pelotón de cola de los informes PISA, sino en posiciones más adecuadas a los países que nos rodean y que avanzan con su sistema educativo a base a haber sentado unos pilares sólidos y admitidos por todos los sectores sociales para que el futuro del alumnado sea esperanzador y les de las mismas oportunidades a todos para el futuro desarrollo de su persona como miembro activo de la sociedad.

PIN PARENTAL, por supuesto que no sería necesario, si hablásemos sólo de materias de índole académico y no las quisiéramos mezclar con otras de índole social , puesto que la enseñanza de nuestro país está en magníficas manos de profesionales que se han encargado de mantenerse al día y de perfeccionarse mediante asistencia a cursos  para poder seguir entregando lo mejor de ellos mismos, en esta tarea tan ardua pero que los poderes públicos se empeñan en  mantener en constante cambio que no hace mucho bien al sistema. A los resultados PISA, me remito.