miércoles, 15 de enero de 2020

CARA O LUZ


Permítanme este pequeño juego de palabras (de lanzar moneda al aire) para comenzar mi post de hoy.
Cara, por supuesto que es cara la luz, y parece que eso no tiene fin; cada vez nos llevamos una sorpresa cuando llega el “recibo” mensual y nos damos cuenta que rondar los 100€ es casi poco menos que imposible, a no ser que pasemos frío en invierno y calor en verano, es decir, no usemos los aparatos de climatización en nuestras casas y tampoco encendamos lámparas en exceso para alumbrarnos. Cara, sí que es cara, y por ello cada día hay más ciudadanos entre los llamados a la pobreza energética. Hoy en impensable creer que sin electricidad podemos seguir viviendo  pues, casi en todos los hogares es ella la encargada de hacer funcionar desde el timbre de una puerta de entrada, hasta la placa de la cocina (vitrocerámica, inducción…) que nos facilite el alimento caliente de cada día, hasta incluso gracias a ella podemos ver la televisión que a tantos y tantas horas acompaña.
Luz cara, pero después de dicho esto, me llama la atención que no veamos de igual  modo la alta factura que pagamos por la prestación de los servicios de telefonía y de acceso a internet y con él al whatsapp, que en casi el 90% de los hogares existe ya hoy, la telefonía móvil tan habitual como necesaria para todos.
No nos importa tanto pagar esas altas cantidades por LA COMUNICACIÓN, por la necesidad imperiosa de comunicar con nuestros amigos, con nuestros familiares, con aquellos que estando en la lejanía de nuestros hogares siguen estando tan cerca de nuestros corazones. Comunicarnos y poder así expresar nuestras alegrías, tristezas, ideas, proyectos, añoranzas, sueños…eso, como decía un anuncio de tarjetas de crédito, ¡eso no tiene precio! porque la comunicación es tan importante que su falta puede ser causa de graves problemas en las relaciones interpersonales-
Pero, compañías de telecomunicación, no abusen en su precio .

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