jueves, 28 de noviembre de 2019

CUENTO EN EL 2069.-


Mis amigos me advirtieron que no fuese tan lejos…
Pero como mi carácter es contradictorio y aventurero, pensé que no debía hacerles caso e investigar aquello que más me gustaba. Decidí pues, dedicarme de lleno a lo que más me interesaba y deseaba en  mi vida: conocer y vivir entre los terrícolas.
Para ello, me compré una nave de segunda mano, con muy pocos años-luz recorridos y que estaba equipada con los últimos avances para la observación interplanetaria: contra-objetivos eléctrico y solar, visor de rayos X, antena de captación de ultrasonidos cósmicos, visor para nocturnidad etc.
Un mes después decidí viajar al Planeta Tierra y así poder observar detenidamente cómo eran esos seres que tanto me atraían y ver cómo desarrollaban su vida en ese espectacular y maravilloso Planeta de color azul con grandes zonas verdes .
Fue entonces cuando descubrí que los hombres eran egoístas, pendencieros, aficionados a estar horas frente a las televisiones y  pantallas de toda clase de máquinas, son brutos y de pelean contra sus propios hermanos de igual o diferente color, por lo que no conocen lo que es la solidaridad, practican poco la amistad y el respeto hacia los otros y además…no tienen el combustible que mi nave necesita
Como no sé cómo volver, tendré que quedarme a vivir entre ellos e intentar cambiar su forma de ser en los 219 años de vida que me quedan.
Mi platillo volante lo donaré al Museo de la Ciencia e intentaré pasármelo bien sin meterme en ninguno de los líos que en este Planeta se inician por cualquier motivo.

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