Hace solo un día que empezábamos la primavera y sin duda, lo hizo con la mejor manera posible de comenzar, con lluvia. Pero la primavera este año entra casi a la vez que la semana de pasión. Andalucía entera se prepara para procesionar a sus santos y vírgenes, en los majestuosos pasos alegóricos de las diferentes etapas en que se puede dividir la vida de Cristo.
Algunos naranjos perfuman ya con su azahar las calles por las que habrán de pasar, junto al oloroso incienso, claveles, azucenas, en auténtico recogimiento, las hermandades y en hileras, los sueños junto al cansancio, de cada hermano portador de vela, al que se le atisba tras su antifaz, el nublado de sus ojos .
Los niños de corta edad, atesorarán la codiciada bola de cera multicolor a modo de trofeo. Las bandas, luciendo sus más vistosas y lustradas galas, acompañarán el recorrido con su relajante y mística musicalidad.
¡Ojalá, la lluvia no entorpezca su desarrollo! ¡Ojalá no mate los sueños de todo un año!
Semana Santa, semana grande, única, devota, mística, regocijante, sufrida, querida. Vivámosla cada cual como mejor la quiera sentir.
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