martes, 4 de septiembre de 2018

Abuelos- septiembre.

Ha empezado  el  mes de la famosa  frase “vuelta al cole”.
De eso, saben mucho los miles y miles de abuelos que han de preocuparse a partir de ahora, de su o sus nietos y nietas. Han estado descansando un  poco de sus labores durante el  mes de agosto, pero, solo un poco pues a partir de ahora, de nuevo a la carga.
Apenas son las 7 de la mañana cuando se levantan bastantes pobres alumnos, porque sus padres comienzan a trabajar a las 8 y antes, han de pasar por casa de los abuelos, para dejarlos con ellos y que sean estos, los que les lleven al colegio a las 9. (En algunas grandes ciudades, la hora de inicio se adelanta hasta las 6.30, pues las distancias que separan las viviendas de padres e hijos, son mayores)
Pero un poco antes de salir para el colegio, los abuelos los espabilan, les dan el desayuno a sus “nuevos hijos”, incluso les cambian de ropa, pues aún traían el pijama puesto.
Les meten prisa, van muy retrasados y hay que aligerar. Por fin, la primera fase del día está cumplida y los nietos ya en el colegio o guardería.
Aprovechan para comprar  y volver a casa a guisar. Algunos incluso, ponen la lavadora con la ropa que sus hijos les han dejado porque ellos no han tenido ni tiempo ni ganas de hacerlo, poniendo la excusa de que estaban reventados del trabajo, cuando volvieron a casa.(que por supuesto,es muy cierto, sin duda).
Regresan a recogerlos de su jornada de cole, y vuelven más de prisa aún a la casa porque hay que darles de comer a la carrera para volverlos a llevar, esta vez a alguna de las muchas actividades extra-escolares que actualmente se pueden encontrar y una vez allí, toca esperar a que acabe, pues no merece la pena ir y volver a casa en tan poco tiempo.
Acaban las actividades de tarde y todavía queda un buen espacio de horas para poder seguir “disfrutando” de y con ellos. Parque infantil de la plazoleta más cercana, compra de chucherías, algún que otro grito desmesurado, alguna cabezonería , disputa con el niño de al lado...va llegando la hora de subirse de nuevo a casa para la ducha y darles la merienda-cena, antes de que sus padres vengan a recogerlos. Mejor, les ponen el pijama ya, por si por el trayecto de vuelta a casa se duermen, así no habrá que despertarlos para ponérselo.
A las 9 de la  noche, acaban de llegar a recoger los padres a sus hijos, para llevarlos a casa a dormir y poder empezar mañana tempranito una nueva jornada “agotadora”.
Abuelos, tenéis merecido el mejor monumento que se os pueda realizar.
Y todo ello, queriendo, abrazando, besando, a ese futuro que tanto os gusta contemplar, a esos nietos y nietas que son vuestro diario tormento y sin duda, vuestro orgullo.
FELICIDADES, abuelos, ya llegó septiembre.

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