NUEVO CURSO ESCOLAR (12-13)

Ante todo mis disculpas por tanto tiempo vacacional.

Soy maestro y por ello me ocupan muchas cosas pero, sin duda, las relativas a la educación son las que más me preocupan, por ello me van a permitir estos apuntes sobre mi pensamiento.

Comenzamos un nuevo curso escolar.

No sé muy bien si el nuevo curso vendrá también cargado de recortes, como en política general o seguiremos un año más igual que hasta ahora hemos estado (aumentando el déficit y gastando lo que no tenemos).

Creo que sin duda habrá recortes (faltaría más que no los hubiese, con lo necesitado de ellos que está el país), lo malo, es que no se acierte a saber dónde hay que meter la tijera, qué cosas son imprescindibles o necesarias y cuáles superfluas, aunque eso sí, muy en la línea del  esnobismo.

Cualquiera entendería que se deben quitar las superfluas, aunque lo difícil en esta ocasión, es ponernos de acuerdo en qué cosas son superfluas en educación.

Últimamente hemos ido creando multitud de planes, proyectos y programas, que sin duda, son válidos como forma de encuadrar diversas enseñanzas, consejos o rutinas (objetivos) en el día a día del alumnado, pero que quedan faltos de contenidos para su desarrollo anual y que incluso se solapan con las enseñanzas más clásicas de la escuela de siempre, que han existido y que se han desarrollado por el profesorado que “tutorizaba” a ese alumnado, sin necesidad de una gran aportación económica de las arcas públicas. Muchos de ellos se engloban bajo el epígrafe de “programas de vida saludable” y otros bajo el de “eco-escuelas y medio ambiente” “de igualdad” “deporte para todos””acompañamiento”… insisto, todos ellos con una gran carga presupuestaria y que, si son o no imprescindibles, como decía el refrán “todo depende del color del cristal con que se mire”, pero lo cierto es que si hay que recortar, piénsense en ellos, antes que en aumentar ratios de aulas, las horas de docencia o en disminuir las plantillas de profesorado.