Recordando el
post anterior del Imserso, hoy me voy a referir a una incongruencia clara que creo que debo publicitar.
Es verdad
que los hoteles, como regla general, están en buenas condiciones cuando reciben
a grupos de jubilados, aunque a algunos de ellos las estrellas
de su valoración, parecen no haber sido revisadas nunca, pues, dejan que desear
en algunos casos.
Pero si hay
algo que sin duda me parece que no debería de ser tolerado, ni pasado por alto
a la hora de elegir los hoteles por parte de la administración para concederles
los paquetes vacacionales, es que cumplieran con un mínimo requisito que es
necesario para algunos de nuestros mayores, que , como fruto de la edad o por
causas añadidas a la vida, tienen ya una movilidad muy reducida y , si bien en
las zonas comunes de los hoteles, están adaptadas ya con las correspondientes
rampas y ascensores, el problema les surge en las propias habitaciones, donde,
siguen estando las bañeras en las que para entrar a ducharse, has de levantar
las piernas, unos 45 o más centímetros del suelo y algunas de estas bañeras no
tienen asideros donde agarrarse para seguridad. ¿Imaginan lo difícil que resulta salvar ese obstáculo a
una persona de 70 años y con una prótesis de rodilla?
¿Por qué,
desde el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), no cuidan de que
en esos hoteles a donde envían a los mayores, haya, al menos un 40% de
habitaciones dotadas de duchas a pie de suelo, para facilitar su acceso?
Como siempre,
solo es una opinión ( que no una crítica) y si desde estas líneas ayuda a ir avanzando hacia unos
hoteles con un mayor grado de implicación con la movilidad reducida…¡mejor que
mejor!
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