lunes, 25 de febrero de 2019

DEL IMSERSO OTRA VEZ


Recordando el post anterior del Imserso,  hoy me voy a referir a una incongruencia clara que creo que debo publicitar.
Es verdad que los hoteles, como regla general, están en buenas condiciones cuando reciben a grupos de jubilados, aunque a algunos de ellos las estrellas de su valoración, parecen no haber sido revisadas nunca, pues, dejan que desear en algunos casos.
Pero si hay algo que sin duda me parece que no debería de ser tolerado, ni pasado por alto a la hora de elegir los hoteles por parte de la administración para concederles los paquetes vacacionales, es que cumplieran con un mínimo requisito que es necesario para algunos de nuestros mayores, que , como fruto de la edad o por causas añadidas a la vida, tienen ya una movilidad muy reducida y , si bien en las zonas comunes  de los hoteles,  están adaptadas ya con las correspondientes rampas y ascensores, el problema les surge en las propias habitaciones, donde, siguen estando las bañeras en las que para entrar a ducharse, has de levantar las piernas, unos 45 o más centímetros del suelo y algunas de estas bañeras no tienen asideros donde agarrarse para seguridad. ¿Imaginan  lo difícil que resulta salvar ese obstáculo a una persona de 70 años y con una prótesis de rodilla?
¿Por qué, desde el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), no cuidan de que en esos hoteles a donde envían a los mayores, haya, al menos un 40% de habitaciones dotadas de duchas a pie de suelo, para facilitar su acceso?
Como siempre, solo es una opinión ( que no una crítica) y si desde estas líneas ayuda a ir avanzando hacia unos hoteles con un mayor grado de implicación con la movilidad reducida…¡mejor que mejor!

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