sábado, 16 de febrero de 2013

¿TERCERA EDAD?

Hoy quiero hablar de la vejez actualmente.
Antes, los “viejos” (personas mayores, de edad avanzada,  la tercera edad, ancianos, que son muchas las acepciones sinónimas con las que llamarlos) vivían y morían; por regla general, salvo las excepciones de los hospitales;  en sus propias casas o en las de sus hijos.
Antes, los hijos sabían que tenían una responsabilidad para con sus padres, porque fueron ellos los que tuvieron la responsabilidad de cuidarlos y educarlos y vestirlos y darles de comer y darles estudios o buscarles un trabajo, cuando eran pequeños.
Los padres cuidan de los hijos y los hijos cuidan de los padres. Eso estaba muy claro y así se hacía.
Actualmente, en este tipo de sociedad que nos hemos construido, es difícil que eso ocurra así. Hoy, no hay tiempo para hacerlo como antes, hoy,  están las residencias de mayores ( lo que antes eran asilos para desamparados) con listas de espera para poder dar cobijo a esas  personas que, tras haberlo dado todo por los demás, han de acabar sus días alejados de los seres a los que dedicaron  lo mejor de ellos.  
¿Qué nos está pasando?  ¿Egoísmo o imposibilidad real de su cuidado?
Aunque queramos disfrazarlo de imposibilidad, por aquello del  estrés  que produce el trabajo y la intensísima  “vida social” a la que debemos atender, lo cierto, es que más bien nos hemos vuelto egoístas y que nadie quiere asumir la más mínima responsabilidad con ellos.  Egoístas  y comodones, de ahí que lo único que busquemos sea una plaza en residencia de mayores.
Pero si algo bueno puede tener esta terrible crisis que sufrimos, es precisamente, la vuelta a lo que nunca debería haberse dejado perder, la vuelta a que los hijos, “adopten” a sus padres.
Claro, es que la pensión de un mayor, es hoy un apetecible y casi necesario bocado en algunos hogares españoles.
Y es que una vez más, nuestro refranero, lleva razón y se me vienen ahora a la memoria dos o tres a colación.
“Lo que con tus padres hagas, con tus hijos lo pagas”.  O aquel otro de “Quien respeta a sus padres, será respetado por sus hijos”. O este otro  “De tus hijos solo esperes, lo que con tus padres hicieres”. Pero sin duda, para acabar este otro que nos incita a la reflexión:

“Hijo eres, padre serás, cual hicieres, tal habrás”
            

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